No es fácil salir indemne cuando uno es sepultado por una avalancha de nieve. Ahora, en España, con el mal tiempo que nos acompaña, en zonas montañosas aumenta el riesgo de aludes tras la nieve caída. Para saber el riesgo que se corre hay una escala que llega hasta el cinco, que es el riesgo máximo, aunque ya a partir de riesgo tres se recomienda no salir a la montaña.
Antes de hablar del peligro que tiene un alud, lo primero es saber que la montaña es peligrosa y, por tanto, hay que tenerle respeto. Si lo puede evitar, no salga tras una gran nevada. Pero si lo hace, éstos son algunos consejos para sobrevivir en caso de ser sepultado por una avalancha. Así lo explica Protección Civil.
Consejos para salir de una avalancha
Por supuesto, desde Protección Civil piden que antes de salir consultemos la predicción meteorológica, así como el boletín de peligro de aludes. Y si dispone de un ARVA (Aparato de Búsqueda de Víctimas de Aludes) póngalo en marcha. De ahí en adelante, estos consejos pueden serle útil si tiene la fatalidad de ser sepultado por toneladas de nieve.
Aunque parezca una broma esta indicación, si ve venir una avalancha no huya hacia abajo; vaya hacia un lado o en diagonal, tratando de evitar el recorrido que lleva la propia caída de la nieve.
Si a pesar de ello no se ha librado, siga esta guía de instrucciones: tápese la boca para evitar que le entre nieve y se ahogue, y agárrese a algo que no vaya a ser arrastrado, como rocas o árboles. La velocidad de la avalancha es enorme, por lo que aguantar esa "embestida" puede salvarle la vida. Si ha salido con esquís, tabla de snow o raquetas, libérese de ellas. Esto le ayudará a no quedarse enganchado.
Pero si resulta que ha sido arrastrado, tiene que luchar para alcanzar la superficie. Puede haber sido volteado, e incluso golpeado por piedras que arrastre la propia avalancha, por lo que es de suma importancia protegerse la cabeza, mientras trata de nadar en busca de la superficie.
No lo ha conseguido, no ha podido salir. No está perdido. Sin duda, lo primero es tratar de buscar la superficie una vez que ha terminado la avalancha en sí, que se ha frenado. Es importante hacerlo en los primeros instantes, antes de que se forme una dura capa. Si no puede, no pierda el control. Trate de hacerse un hueco enfrente de la cara, una especia de "burbuja" con la que poder respirar para aguantar el máximo tiempo posible hasta que lleguen los equipos de rescate. Pero antes de todo ello, averigüe en qué posición se encuentra, ya que al ser volteado puede que esté boca abajo y sea más complicado su propia salida.
Para conocer en qué situación se encuentra, la mejor solución es hacer gotear saliva. Ésta siempre irá hacia abajo, por lo que si ve que le cae en la nariz, es que está colocado boca abajo, y tendrá que hacerse hueco para poder situarse "de pie" y así tratar de alcanzar la superficie. Pero, sobre todo, no se desespere y guarde fuerzas porque el rescate puede ser lento y complicado.
Y si quien ha sido sepultado por una avalancha de nieve es uno de tus amigos o compañeros, no pierdas de vista donde ha sido y trata de alertar a los servicios de rescate por teléfono, sin abandonar el lugar. Estos primeros momentos pueden ser cruciales para que sea rescatado lo antes posible.
¿Cómo se forma un alud?
Suele aparecer a las 24 horas de haberse producido una intensa nevada y en laderas con una inclinación entre 30 y 45 grados. Por lo tanto hay que evitar esos momentos y esos lugares, así como las que están a sotavento, que es donde encontraremos las placas de viento; evitar nieves húmedas; si hace calor, huir de las vertientes situadas al sur; y no caminar por terrenos convexos. Ésas son las situaciones en la que se suelen producir los desprendimientos de nieve, más conocidos como aludes.