Es uno de los hombres más rápidos del planeta. Pero en numerosas ocasiones le pierden sus salidas de tono, sus contestaciones, o incluso sus propias acciones en plena carrera, con cambios de dirección, giros bruscos, bandazos o codazos. Pero en la última de sus declaraciones Mark Cavendish se ha pasado y ha ido más allá.
Ocurrió durante la presentación del Tour de San Luis, en Argentina, una de las primeras carreras de la temporada. Junto a él, estaba la gran estrella colombiana, Nairo Quintana. Y nadie en la sala se lo podía creer.
Todo vino a raíz de una pregunta de un periodista sobre un tema que al ciclista de la Isla de Man no le gusta lo más mínimo: el dopaje. El periodista en cuestión le preguntó: "¿Usted puede asegurar al cien por cien que todos sus compañeros en el pelotón están limpios?".
Y ni corto ni perezoso, el sprinter británico se soltó la lengua, una vez más, y respondió de una manera totalmente inesperada: "¿Usted puede asegurar al cien por cien que ninguno de sus compañeros periodistas se ha tirado a su mujer?", demostrando que no tiene pelos en la lengua y no se arruga ante ninguna cuestión. Se hizo el silencio en la sala y Cavendish consiguió su objetivo, no hablar de dopaje, la lacra que azota al ciclismo.
Eso sí, en la carretera, donde más tiene que hablar, Cavendish cayó derrotado en el sprint de Villa Mercedes, en la primera etapa, por un semidesconocido, el colombiano Fernando Gaviria, de apenas 21 años.