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El Tour de Francia 2015 tendrá mucha más montaña y menos crono

Solo tendrá 41,7 kilómetros de lucha contra el reloj. El Alpe d'Huez, el penúltimo día, decidirá quién llega con el amarillo a París.

Solo tendrá 41,7 kilómetros de lucha contra el reloj. El Alpe d'Huez, el penúltimo día, decidirá quién llega con el amarillo a París.
Momento de la presentación del Tour de Francia 2015 en París. | EFE

Más montaña y menos contrarreloj. Así se presenta la edición 102 del Tour de Francia, la que se disputará el próximo verano, del 4 al 26 de julio. Una crono individual, otra por equipos, tramos de pavés, finales en repechos y grandes finales en alto. Y un kilometraje más reducido, con sólo dos etapas que superan los 200 kilómetros.

Apto para Alberto Contador y Nairo Quintana. Ideal para escaladores, para los más fuertes cuando se empina la carretera. Pero ellos dos no han estado en la presentación que ha tenido lugar en el Palacio de Congresos de París. Tampoco Chris Froome, que incluso ya parece que puede pensar más en hacer Giro y Vuelta -"hay muy poco énfasis en la contrarreloj, lo que significa que la carrera se decidirá en la alta montaña", ha dicho el británico-, y descartar un Tour que apenas cuenta con 41,7 kilómetros, divididos en una solo crono individual, la que da inicio a la ronda gala, en Utrecht (sexta vez que la arranca desde el país de los tulipanes), de 13,7 kilómetros.

Más adelante, en la novena etapa, antes del primer día de descanso, llegará la crono por equipos, de 28 kilómetros. Y gracias que entra, porque según la normativa de la UCI no está permitida esta modalidad superado el primer tercio de carrera, ya que puede haber equipos que pierdan a ciclistas por diversas causas (Froome abandonó en la quinta). Lejos quedan las ediciones de 2012 con noventa kilómetros de lucha contra el reloj; o la de 2011, con casi cien.

Pero antes, partiendo de Holanda, tocará pasar por Bélgica y superar el muro de Huy en la tercera etapa, donde finaliza la clásica Flecha Valona (Valverde es su último ganador). Justo al día siguiente, turno para el pavés con siete tramos distintos que sumarán 11 kilómetros de carretera adoquinada.

Así llegamos al segundo fin de semana, con final en el Mur de Bretagne, poco más largo que Huy. Todo esto ya en territorio galo, y previo a esa crono por equipos, justo antes del primer día de descanso. Ya estará hecho la primera criba.

Los Quintana, Contador, Vincenzo Nibali y compañía deberán llegar con las fuerzas intactas, porque no ha pasado nada, pero ya ha ocurrido mucho. Y otros como Alejandro Valverde, que irá a ayudar al colombiano, o Purito, podrán salir beneficiados de los dos muros conquistados. No sólo por el recorrido, sino porque habrá podido optar a unas bonificaciones en meta de 10, 6 y 4 segundos a los tres primeros en meta, menos en las dos cronos.

Tras el descanso, desplazamiento a los Pirineos. Empieza el auténtico Tour. La 10ª, 11ª y 12ª etapa finalizan en alto. La Pierre Saint Martin, Cauterets (el menos exigente), con paso previo por el Aspin y el Tourmalet, y Plateau de Beille marcarán las primeras grandes diferencias. Los escaladores ya se habrán situado al frente de la general, y los ataques deberán brillar ante los que decidan empezar a amarrar posiciones. Pero esta segunda semana no finaliza aquí, ya que en la 14ª etapa el Tour va al Macizo Central para acabar en la subida a Mende, aquella en la que Jalabert y la ONCE puso en el 95 a Indurain contra las cuerdas; es decir, se cumplirán 20 años de esa casi gesta; o cuando Purito superó a Contador en el 2010.

Y para el final, la ronda gala se reserva la traca, este año, de calibre alpino. 4 finales en esa colosales montañas, y tres de ellas con final en alto. La 17ª tendrá su meta en Pra Loup, una cima a la que regresa 40 años después; y el colofón final, previo paso por etapa de media-alta montaña para acabar en Saint Jean de Maurienne, se dará en las etapas 19 y 20. La 19ª acaba en la Toussuiere; pero la guinda, esa jornada mágica que se guarda siempre una vuelta de tres semanas, tendrá lugar en la penúltima etapa en la subida de las 21 curvas de herradura, en el misticismo que proporciona el Alpe d'Huez, con pasos previos por el Télégraphe y el Galibier.

Que es un Tour para escaladores está bastante claro. Y aunque Contador, al que le realizaban la extirpación de un quiste graso en una pierna, o Quintana, no han estado en la presentación del recorrido, salvo problemas mayores son fijos en Utrecht. Con un claro objetivo, vestir ese maillot en París el 2 de junio de 2015. Siempre y cuando Nibali y el resto de rivales lo permitan. Los grandes ya saben el recorrido, más duro de lo esperado, que choca con la idea de Oleg Tinkov. Pero el Tour es el Tour. Y éste parece mucho Tour.

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