El escándalo del dopaje ha salpicado a los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi después de su clausura y los deportistas rusos están en el punto de mira de las sospechas. Según desveló el programa Sport Inside, de la televisión pública alemana WDR, desde Atenas 2004 han desarrollado un plan para mejorar su rendimiento con la inhalación de gas xenón.
Este gas estimula la secreción de la hormona eritropoyetina (EPO), que favorece la creación de glóbulos rojos y, por lo tanto, hay más oxígeno en la sangre y la recuperación de los esfuerzos es más rápida. Según denunció la televisión pública alemana, varios documentos oficiales de los ministerios rusos de Deportes y de Defensa recomiendan el uso de este gas para "mejorar la capacidad de rendimiento de los deportistas" y destacan que es un método que "no es controlado por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA)".
La normativa prohíbe expresamente "incrementar de forma artificial la cantidad de EPO en el organismo, así como usar sustancias farmacológicas con fines no terapéuticos o aumentar de forma artificial el nivel de oxígeno en la sangre".
Mario Thevis, especialista del laboratorio antidopaje de Colonia, reconoció en el programa que los actuales análisis no pueden detectar el gas. Además, reveló que los ensayos con animales describían que la producción de EPO podía aumentar "en un 160 por ciento" en 24 horas. "Probablemente, tiene el mismo efecto en los seres humanos", añadió.