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La selección española de waterpolo cae ante Italia en cuartos

Diecinueve minutos sin marcar condenaron al equipo de Rafa Aguilar ante la Azzurra, campeona mundial y subcampeona olímpica.

Diecinueve minutos sin marcar condenaron al equipo de Rafa Aguilar ante la Azzurra, campeona mundial y subcampeona olímpica.
Felipe Perrone, durante el partido de cuartos entre España e Italia. | EFE

España quería reconciliarse con la historia, esa que le arrebató, hace 21 años, en este mismo escenario y ante el mismo rival, un oro olímpico tras tres prórrogas, pero Barcelona sigue estando en deuda con el equipo español, que volvió a caer frente a Italia (3-4), esta vez en los cuartos de final de un Mundial.

Diecinueve minutos sin marcar condenaron a España ante la campeona mundial y subcampeona olímpica, maniatada en ataque por su rival pero escasamente exigida en defensa. Además, los transalpinos volvieron a contar con la enorme actuación del mejor portero del mundo, Stefano Tempesti, que desbarató las pocas ocasiones que los anfitriones fabricaron esta noche.

Al choque no le faltó de nada, si acaso más goles: las gradas llenas, un ambiente propio de una gran final y cuentas pendientes entre ambos equipos. Entre Giorgetti y Minguell saltaban chispas, a Munárriz le abrieron la ceja, y los colegiados, un griego y un rumano que sudaban tinta para controlar el partido, tenían que calmar a un exaltado Rafa Aguilar, que les pedía que no fueran tan permisivos con el juego subterráneo de los italianos.

España fue a remolque durante todo el partido, pero tampoco permitió que los hombres de Alessandro Campagna se marcharan en el marcador. A los goles de Giorgetti, Figari y Figlioli respondió en la primera mitad con los tantos de Perrone, Español, de penalti, y Molina.

Italia anotaba sólo con lanzamientos lejanos, porque España no le dejaba acercarse a la meta de Iñaki Aguilar. Los anfitriones defendían con todo, pero en ataque volvían a mostrar su peor versión, esa que lograron sacar a la luz Montenegro o Grecia. Sin movilidad arriba, ni velocidad en la circulación -las armas que hacen de España un equipo temible- no ofrecían argumentos suficientes para batir a Tempesti.

En cambio, en el otro lado, Iñaki Aguilar tuvo que emplearse a fondo para mantener en pie a su equipo cuando éste ya perdía por 3-4 en el tercer cuarto por culpa de un penalti transformado por Figlioli.

Perrone y, sobre todo, Xavi García intentaron nivelar de nuevo el choque en el último período, pero España fue incapaz de marcar un gol en toda la segunda mitad. Demasiados errores, demasiadas pérdidas, demasiadas faltas en ataque -algunas de ellas inexistentes- y demasiadas superioridades desperdiciadas. En la última jugada del partido, la pelota llegó a Perrone, pero los árbitros no pitaron falta de su defensor e Italia recuperó el balón. Una oportunidad perdida de España para reconciliarse con la historia.

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