"Hay Nairo Quintana para rato", aseguraba el ciclista de Boyacá tras su gran triunfo en la cima de Semnoz, en la penúltima etapa del Tour de Francia.
Quintana está a punto de convertirse en el latinoamericano mejor clasificado en un Tour, superando el tercer puesto que en 1988 conquistó Fabio Parra, el único colombiano que hasta ahora ha subido al podio de París. "Hacía muchos años que en Colombia no se vivía algo así, algunos lloran de alegría. Quiero decirles que disfruten, que esto es de verdad, que hay Nairo Quintana para rato, para que sigan disfrutando", afirmaba el ciclista del Movistar.
Quintana, de 23 años, no pudo evitar las lágrimas cuando se enfrentó, vestido con el maillot de rey de la montaña, a la rueda de prensa. Pero eran "lágrimas de alegría", como él mismo se había encargado de puntualizar.
Segundos antes, un periodista le había recordado a su padre, inválido tras un accidente.
El colombiano volvió a emocionarse al dedicar su victoria a Mauricio Soler, su compatriota rey de la montaña en 2007 y que estuvo a punto de perder la vida en una caída sufrida en la Vuelta a Suiza de 2011. "Me dio esta medalla para que me acompañara siempre, me dijo que me daría fuerza y me ayudaría. Es una persona que me inspira para seguir adelante", aseguró el ciclista mostrando un colgante con la imagen de una virgen. "Soñaba con esto, pero no creía que lo podría conseguir tan rápido. El tiempo va muy deprisa en mi vida", dijo el corredor de Boyacá.
"No puedo pedir más, lo he conseguido casi todo", aseguró el ciclista, quien indicó que su principal motivación era el segundo puesto de la general, pero que confesó que el maillot de rey de la montaña "hace mucha ilusión en Colombia". "Cuando he visto que tenía asegurado el segundo puesto he pensado que podía ganar la etapa y eso me ha dado también el maillot de la montaña. Sabía que Purito Rodríguez tenía que luchar para lograr el podio y me he aprovechado", dijo.
Quintana se pasó el Tour lanzando mensajes de prudencia, pero tras lograr el segundo puesto de la general se convenció de que algún día puede ganar la ronda gala. "Viendo lo que ha pasado hoy me da mucha confianza y me compromete a trabajar para poder conseguirlo. No sé si el año próximo o en 2015, pero lo intentaremos", afirmó.
El colombiano cruzó la línea de meta de Semnoz haciendo un corazón con las manos y reconoció que se le puso "la carne de gallina". "Es el momento más importante de mi vida, indiscutiblemente, no tengo palabras para describirlo, es un sueño hecho realidad", comentó.
Quintana señaló que debe la victoria a su equipo, que creyó más en sus opciones que él mismo, y tuvo palabras especiales para el director del Movistar, José Luis Arrieta. "Han hecho un trabajo excepcional, creo que es el mejor equipo del Tour. Me han ayudado mucho, sobre todo psicológicamente, ayudándome a creer", subrayó.
Quintana pasó los dos meses anteriores al Tour en su domicilio de Colombia, a 2.800 metros de altitud, unas condiciones que consideró idóneas para preparar esta carrera.
A la ronda gala vino como gregario de lujo de Alejandro Valverde, pero una avería mecánica del español le propulsó a ser el jefe de filas. "Cuando me lo propusieron acepté con la condición de que me disculparan si tenía un día malo. Me dijeron que estuviera tranquilo, que hiciera lo que pudiera, hasta donde las piernas dieran", afirmó.
Quintana se convierte en el abanderado de la nueva generación del ciclismo colombiano, heredera de leyendas como Lucho Herrera o Fabio Parra. "Llega una nueva generación que vamos a dar todo lo que tenemos. Hoy es un día especial para Colombia (...) Creo que hay motivos para pensar que soy una estrella", señaló. "La anterior generación fueron los padres del ciclismo y nosotros sus hijos. Ahora estamos dando que hablar como hicieron ellos", manifestó.
Quintana: "Hay Nairo para rato"
El colombiano se mostraba exultante tras ganar la etapa de Semnoz, conquistar el segundo puesto de la general y el maillot de la montaña.
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