Vuelve el rugby
Como cada año, las mejores selecciones de rugby se dan cita en un torneo espectacular.
Llega febrero y los aficionados al rugby estamos de enhorabuena porque vuelve el torneo más antiguo del mundo. Hablamos del VI Naciones, que a partir de este sábado pone en liza el título de campeón de Europa.
Como cada año desde 2000, las cuatro home unions (Inglaterra, Escocia, País de Gales e Irlanda), más Italia y Francia, nos deleitarán con uno de los mayores espectáculos deportivos del Hemisferio Norte hasta el 16 de marzo, cuando uno de estos combinados se corone como el mejor equipo de rugby de Europa.
El rival a batir y la favorita
El reto será batir al actual campeón, País de Gales, que tras la exhibición y el Grand Slam de la pasada edición no ha tenido mucho éxito en sus compromisos internacionales, incluyendo una humillante derrota (19-26) ante Samoa en el Millenium Stadium de Cardiff el pasado mes de noviembre. Sin embargo, es un equipo que juega bien y está confiado en plantar cara a los todopoderosos, como ya hizo el año pasado.
A las órdenes de Rob Howley y bajo la capitanía de Sam Warburton, apenas cambia el bloque que les hizo imponerse a los otros cinco contendientes en la edición de 2012. Pesos pesados como Adam Jones o portentos físicos como Toby Faletau acompañarán a Warburton en la delantera, mientras que el cañón de Leigh Halfpenny será un seguro a la hora de conseguir puntos de los golpes de castigo y las transformaciones de los ensayos.
Pero la favorita este año es Inglaterra. En el fondo nunca ha dejado de serlo. La aplastante victoria contra los All Blacks de Nueva Zelanda en Twickenham (38-21), a principios de diciembre, cuelga a los chicos de Stuart Lancaster el cartel de mejor equipo.
Los ingleses llegan con la moral por las nubes y con un bloque muy joven, a la vez que experimentado. con la medular de uno de los mejores clubes del Reino Unido y de Europa, los Leicester Tigers. Hasta ocho jugadores de Leicester ha convocado Lancaster para disputar el torneo entre los que sobresalen los hermanos Youngs, Tom y Ben; el discípulo del mítico Johnny Wilkinson, Toby Flood, o el que está llamado a ser el mejor centro del mundo, Manu Tuilagi. Junto a los ocho tigres, Lancaster también cuenta con bastantes jugadores de Harlequins y de Northampton Saints, entre ellos el capitán inglés, Chris Robshaw.
El XV de la Rosa tiene potencial para ganar esta edición y formar un bloque que perdure hasta el horizonte del próximo Mundial que se celebrará en Inglaterra en 2015. Además, cuentan con el bastión de Twickenham, en el que jugarán tres de los cinco partidos, como talismán. Por lo que, llevados en volandas por su afición con el himno no oficial Swing Low, Sweet Chariot, los chicos de Stuart Lancaster lo tienen todo muy de cara para conseguir el Grand Slam.
Los chicos de azul
Entre las espinas que tiene que sortear el combinado inglés para hacerse con el título de campeón de Europa de rugby, la que le traerá más quebraderos de cabeza a los aficionados británicos, es Francia.
Es la selección que más veces ha levantado el título –un total de cinco– desde la llegada de Italia en el año 2000 y la finalista del pasado Mundial de Nueva Zelanda en 2011. La inagotable cantera del XV del Gallo se nutre principalmente de Toulouse que, pese a ser eliminado de la Heineken Cup –el principal campeonato europeo a nivel de clubes–, sigue siendo el club más importante de Francia.
El seleccionador galo, Philippe Saint-André, cuenta además con numerosos efectivos de Clermont y de Toulon, los equipos que actualmente encabezan la Liga francesa. El jugador del Stade Français de París, Pascal Pape, sustituye en la capitanía a Thierry Dusautoir. El de Toulouse estará a órdenes de Pape, pero su imponente autoridad se verá reflejada en su poderío en los placajes y a la hora de mantener la melé en orden, todo un titán.
Sin embargo, donde más peligro tiene el combinado francés es en la línea de tres cuartos. El histórico rugby champagne que maravilló al mundo en el pasado se ve reflejado en los herederos de los Serge Blanco y compañía. Los Parra, Michalak, Trinh-Duc o Clerc cuentan con la velocidad y la fuerza de Wesley Fofana y el peso del renacido Mathieu Bastareaud para doblegar a cualquier adversario.
De azul cielo viste Italia. Los transalpinos siguen ganando peso en el torneo y cada vez se le va teniendo más en cuenta. En la pasada edición estuvieron muy cerca de ganar a Inglaterra en el Olímpico de Roma en un partido épico (15-19) y superaron a Escocia en la tabla, consiguiendo esquivar el deshonroso último puesto en la clasificación.
Tienen un buen equipo, una delantera potente y unos tres cuartos que saben a lo que juegan. Su estrella y capitán es el jugador ítalo-argentino Sergio Parisse, que milita en el Stade Français de París y que está considerado uno de los mejores números 8, si no el mejor, del planeta rugby. Claro que con un solo hombre no se gana pero los otros catorce que saltan con él al campo saben que es más fácil, un jugador muy completo.
Martin Castrogiovani, el pilier de Leicester Tigers, aguantará las melés con sus 122 kilos y su veteranía en el que puede ser uno de sus últimos torneos continentales junto con Andrea Lo Cicero. Por otro lado, el futuro de Italia pasa por dejar de nacionalizar a extranjeros y contar con los de casa. Uno de los ejemplos es el joven ala Giovanbattista Venditti.
Los últimos que visten de azul son los escoceses. Los aguerridos descendientes de William Wallace están en sus horas más bajas y, para colmo de males, comienzan el torneo en la catedral del rugby, Twickenham, y frente a sus odiados vecinos, Inglaterra. El capitán Kelly Brown y el seleccionador, Scott Johnson, deberán insuflar de moral a sus chicos para ponérselo difícil al resto de selecciones que desde hace años el partido contra el XV del Cardo algunos lo consideran un mero trámite.
Escocia, la última selección que consiguió el V Naciones en 1999, debería aprovechar el ambiente de Murrayfield en Edimburgo cuando entonan el Flower of Scotland para apuntalar un proyecto que parece que no llega a concretarse del todo. Lejos de la capital escocesa tiene muy complicado arañar una victoria, pero el orgullo de los jugadores y de todo un país pasa por impedir que los ingleses logren su ansiado Grand Slam.
¿Verde esperanza?
Por último tenemos a Irlanda. El XV del Trébol parece que sigue viviendo de aquel Grand Slam de 2009, debido en gran parte a que la generación que lo consiguió sigue dando sus últimos coletazos. El regreso de su estrella, Brian O’Driscoll (BOD), después de estar meses lejos de los terrenos de juego, es una de las mejores noticias con las que pueden contar los aficionados irlandeses y el seleccionador, Declan Kidney.
O'Driscoll es el alma mater de este equipo, que no va a poder contar con el máximo ensayador de la edición de 2012, Tommy Bowe, por una lesión en los ligamentos de su rodilla derecha. Es una mala noticia pero no por ello el equipo irlandés va a dejar de tener algún as en la manga. La mezcla de veteranía y juventud; el regreso de BOD, Sean O'Brien y Rob Kerney; el juego de Jonathan Sexton y la bala en la recámara que significa tener a Ronan O'Gara en el banquillo, suponen un aliciente para no descartar una sorpresa teñida de verde. ¡Comienza el espectáculo!
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