Jose Javier Hombrados es sin ninguna duda uno de los mejores jugadores de balonmano en la historia de España. Pero además siempre ha dado señales de que comparable con su calidad como portero es su calidad humana. Hoy, al terminar la final que proclamaba a España campeona del mundo por segunda vez, volvió a dejarlo claro.
En el reparto de medallas, a la que Hombrados acudió a pesar de que fue baja de última hora por una lesión, al igual que Ugalde y Raúl Entrerríos, no había preseas para todos. El príncipe Felipe, encargado de repartirlas y colgarlas, se acercó al portero para darle una pero, en cuanto se percató de la situación, Joseja dijo que no, que se las dieran primero a todo el cuerpo técnico, por si acaso.
Dicho y hecho. Y al terminar, quedaban dos. Para tres lesionados. ¿Adivinan quién se quedó sin? Hombrados. Así lo quiso él, para alegría de sus dos compañeros.
En ese mismo instante el príncipe Felipe, Valero Rivera y el representante de la federación internacional de balonmano entablaron una conversación señalando que faltaba uno. Ahí no había, pero seguro que alguna solución encontrarán. Joseja lo merece.