Ganó una medalla en relevos femeninos de 4x400 metros en los Juegos de Asia, un triunfo deportivo que la catapultó como una de las mejores atletas indias. Sin embargo, su éxito pronto se empañó. Su compañera de piso, una mujer divorciada y madre de un niño, le acusó de ser un hombre y de haberla violado y torturado. Este testimonio levantó una gran polémica y ha destapado la gran mentira de Pinki Pramanik.
Un tribunal indio ha dictaminado que la exatleta es un hombre, basándose en un informe elaborado por un grupo de médicos sobre el género sexual de la acusada. Este comité asegura que Pramanik es un varón y puede mantener relaciones sexuales como tal. Esta circunstancia permitirá tramitar la denuncia por violación que pesa sobre ella.
Pinki Pramanik, de 26 años y retirada de la competición desde hace tres, fue arrestada poco después de que se presentaran las acusaciones contra ella, aunque tras pasar casi un mes en prisión salió el pasado julio en libertad bajo fianza. La deportista, que ha recibido apoyo de varias asociaciones de mujeres, ha negado siempre los cargos y ha asegurado haber recibido malos tratos por parte de la Policía durante su arresto.