Un trabajo valiente, asumiendo riesgos, ha llevado al irlandés Shane Lowry a conseguir en el Portugal Masters, disputado en el Oceánico Victoria Golf Course de Vilamoura (Algarve), su segunda victoria como profesional tras la obtenida hace tres años en el The 3 Irish Open.
La última jornada de este Portugal Masters ha estado repleta de emoción, con continuas alternancias en la cabeza. El austriaco Bernd Wiesberger se acostó el sábado como líder y, con un juego bastante sólido, parecía lanzado hacia el título, pero pronto volvería a surgir de nuevo el inglés Ross Fisher, quien ya había mandado el jueves y el viernes, para auparse a la cima.
Todo parecía indicar que iba a ser un duelo entre Wiesberger y Fisher, hasta que irrumpió con una fuerza inusitada Lowry, quien con una última vuelta de 66 golpes ha acabado con un total de 14 bajo par.
Aún así, todo dependía del ultimo hoyo. Con Lowry esperando en la entrega de tarjetas, Fisher vio cómo sus brazos se encogían. Buscaba el británico un tiro a green conformista, con la intención de asegurar, pero tuvo la mala fortuna de que su bola quedó en un territorio difícil. Necesitaba dos putts para forzar el playoff de desempate, pero acabó la bola en tres putts, sirviendo así el título en bandeja al valiente Shane Lowry.
Wiesberger, que ha realizado un gran torneo, se veía apeado al final hasta la cuarta plaza, viéndose superado también por un rejuvenecido Michael Campbell, que ha concluido tercero.
En cuanto a la actuación española, el mejor ha sido Gonzalo Fernández-Castaño al acabar en un meritorio duodécimo puesto. El madrileño luchó hasta el final, pero su vuelta arranco muy tarde; es más, ya en el driving range, no estaba muy fino. Por su parte, el malagueño Miguel Ángel Jiménez no ha tenido su día y ha finalizado en la vigésimo séptima posición.
Rafael Cabrera-Bello (-1), Carlos del Moral (al par) y Pablo Larrazábal (con +1) y Alejandro Cañizares (+4) han completado la actuación española en este Portugal Masters, que ha contado con un clima excelente y un campo que ha dado el juego esperado, con la ayuda del viento y unos greenes muy duros.