Óscar Freire ha asegurado que ya está "todo solucionado" con Alejandro Valverde tras la polémica vivida entre ambos en los Mundiales en ruta de Limburgo (Holanda), aunque ha reiterado que "las cosas no se hicieron bien", ya que el objetivo del equipo español era "tener más controlados los dos últimos kilómetros" con el objetivo de buscar su cuarto título.
"Ya está solucionado. Son situaciones de carrera difíciles de gestionar. En un principio todos tenían que haberme intentado ayudar en ese final y él era el hombre clave para estar conmigo porque era el único que iba bien, y al final no pudo estar conmigo ni con Gilbert. Consiguió una buena medalla, pero faltó rematar, no sólo rematar, también hacerlo bien. Muchas veces las cosas se intentan hacer bien y luego no ganas, pero no se hizo como se esperaba", lamenta Freire en declaraciones a Radio Nacional de España (RNE) recogidas por Europa Press.
En cualquier caso, el cántabro se resigna porque "ya no se puede echar marcha atrás" y, aunque le hubiera "gustado tener más controlados estos dos últimos kilómetros" para contar con "la opción de disputar el esprint, hubiera sido difícil porque Gilbert era superior a todos". "Yo estaba bien. Sabía que era un esprint difícil porque iba a haber muchos ataques, tenía que estar lo más delante posible. Estaba con Boonen, pero al atacar Gilbert rompió la carrera y no hubo parón. Esos dos últimos kilómetros fueron muy rápidos con viento de espalda", analiza Freire, que afronta "una vida diferente" tras disputar la última carrera profesional de su exitosa carrera.
"No pasaré tanto tiempo fuera de casa y podré disfrutar de la familia. Dejo la competición, pero el ciclismo siempre estará conmigo, seguramente seguiré acudiendo a alguna competición, pero solo a verlo. Quién sabe si dentro de tres o cuatro años me puedo vincular otra vez al ciclismo. Necesito un descanso, no tengo nada pensado pero tiempo tendré", finalizaba el corredor de Torrelavega.