L D (EFE) En la reanudación, Peer de 19 años y que aún cumple el servicio militar, logró iniciar el tercer con ruptura pero la experiencia de la suiza terminó imponiéndose, sobre todo en un larguísimo juego de 14 minutos, donde Hingis se vio sometida a largos intercambios desde el fondo. Peer había derrotado en la ronda anterior a la rusa Elena Dementieva, finalista en el 2004, y sexta favorita. La israelí soñaba en convertirse en la primera jugadora de esta nacionalidad en alcanzar los cuartos de final de un Grand Slam, y ha sido una de las revelaciones del torneo, junto con la checa Nicole Vaidisova, verdugo de la francesa y número uno del mundo, Amelie Mauresmo. En 1992, otro israelí Amos Mansdorf, fue cuartofinalista en el Abierto de Australia.
Peer entró en el cuadro y obtuvo su designación como cabeza de serie, gracias a la baja de la estadounidense Lindsay Davenport. Esta temporada ha sido la de su irrupción, al ganar tres títulos, Pattaya, Praga y Estambul, además de ser semifinalista en Canberra y hacer octavos en Indian Wells. Ahora Martina Hingis, finalista en se enfrentará en un apasionante duelo de cuartos con Kim Clijsters, segunda favorita, pues si la belga vence y luego accede a la final arrebatará el puesto de número uno a Mauresmo.
Para Hingis el partido también será un desafío. La suiza fue finalista aquí en 1997 y 1999, pero ha vuelto a las pistas de Roland Garros después de casi tres años y con ganas de victorias fundamentadas con su triunfo en el torneo de Roma. "Mi confianza ha aumentado desde enero, y ese es el factor más importante de mi juego", señaló. No obstante, la suiza ha asumido que por mucho que haga, todo el mundo la recuerda por dos aspectos. Nunca ha ganado en París y por su comportamiento en la final de 1999 contra Steffi Graf cuando irrumpió en el campo de la germana para discutir un punto y luego no quiso recoger su trofeo de subcampeona, en una rabieta descomunal.
"Bien sé que esto sucede y que me siguen preguntando por ello, forma parte de todo este mundo, y no solo aquí, es algo del pasado pero todos me lo preguntan. No es nada nuevo, y no me afecta ya para nada", dijo. "He sobrevivido a todo eso y ahora lo único que quiero es salir a la pista y hacer mi juego. Creo que he madurado con el paso de los años, y no hay problema ninguno. Es un nuevo año y un nuevo Roland Garros", añadió Hingis
Peer entró en el cuadro y obtuvo su designación como cabeza de serie, gracias a la baja de la estadounidense Lindsay Davenport. Esta temporada ha sido la de su irrupción, al ganar tres títulos, Pattaya, Praga y Estambul, además de ser semifinalista en Canberra y hacer octavos en Indian Wells. Ahora Martina Hingis, finalista en se enfrentará en un apasionante duelo de cuartos con Kim Clijsters, segunda favorita, pues si la belga vence y luego accede a la final arrebatará el puesto de número uno a Mauresmo.
Para Hingis el partido también será un desafío. La suiza fue finalista aquí en 1997 y 1999, pero ha vuelto a las pistas de Roland Garros después de casi tres años y con ganas de victorias fundamentadas con su triunfo en el torneo de Roma. "Mi confianza ha aumentado desde enero, y ese es el factor más importante de mi juego", señaló. No obstante, la suiza ha asumido que por mucho que haga, todo el mundo la recuerda por dos aspectos. Nunca ha ganado en París y por su comportamiento en la final de 1999 contra Steffi Graf cuando irrumpió en el campo de la germana para discutir un punto y luego no quiso recoger su trofeo de subcampeona, en una rabieta descomunal.
"Bien sé que esto sucede y que me siguen preguntando por ello, forma parte de todo este mundo, y no solo aquí, es algo del pasado pero todos me lo preguntan. No es nada nuevo, y no me afecta ya para nada", dijo. "He sobrevivido a todo eso y ahora lo único que quiero es salir a la pista y hacer mi juego. Creo que he madurado con el paso de los años, y no hay problema ninguno. Es un nuevo año y un nuevo Roland Garros", añadió Hingis