L D (EFE) El partido tenía un significado muy especial para Hingis porque representaba un auténtico examen para evaluar la evolución de su regreso dado que se enfrentaba a una de las estrellas del momento, contra la que nunca antes había coincidido. A la tenista helvética le costó contener las lágrimas cuando, tras la victoria, se dirigió al público y afirmó con la voz entrecortada que no pensaba que podría llegar este momento.
Las más de nueve mil personas que abarrotaron el Tokyo Metropolitan Gymnasium dedicaron una cerrada ovación a la cuádruple ganadora del torneo (1997, 1999, 2000 y 2002). Hingis impartió toda una lección de tenis para superar a Sharapova y despejó de un plumazo todas las dudas sobre sus posibilidades de volver a meterse entre las diez mejores del mundo. Pese al demoledor resultado, el duelo no defraudó y se vieron puntos vibrantes con golpes geniales de ambas jugadoras. Al ecuador del primer set llegaron empatadas, inmersas en una batalla sin cuartel para ver quién era la primera que lograba una rotura de servicio. Tras lograr el 4-3 con su servicio, Hingis se hizo con el saque de su rival y seguidamente se llevó el set con un ace (punto de saque directo). Se esperaba una reacción de Sharapova, pero la rusa no pudo en esta ocasión imponer su agresivo juego ante la rapidez con la que se movió su oponente, que además rubricó un 68 por ciento de primeros saques y apenas cometió errores no forzados.
"No se puede pedir más. Para vencer a una jugadora como Sharapova, tienes que ofrecer tu mejor juego y a mi me salió hoy", afirmaba Hingis en la rueda de prensa tras el encuentro, además de reconocer que en Tokio comienza a sentirse "como en los viejos tiempos". "Después del partido de ayer y el título de dobles mixtos del Abierto de Australia me siento más cómoda. Poco a poco voy cogiendo confianza y por eso hoy he podido jugar así", añadía. Hingis se mostraba exultante tras demostrarse a sí misma que puede ganar más títulos al lograr meterse en su primera final de individuales en cuatro años. "Quiero darme otra oportunidad ahora que sigo siendo joven a mis 25 años", afirmaba la suiza para añadir que ahora se siente "más fuerte mentalmente".
Maria Sharapova reconocía que no había tenido su día y que se había visto desbordada por el juego de su rival. "Libramos una batalla hasta el empate a tres juegos. Pero luego me rompió el servicio con una bola que tocó la red, después logró dos "aces" y se creció mucho", afirmó la rusa que no gana un torneo desde el pasado junio en Birmingham. "En el segundo set podría haber luchado un poco más pero no tenía el espíritu de lucha que suelo tener en otros partidos", confesaba Sharapova, que durante el partido no contó con ninguna bola de rotura de servicio.
En la otra semifinal, la rusa Elena Dementieva, segunda cabeza de serie del torneo, se ha impuesto a su compatriota Anastasia Myskina por 4-6, 6-3 y 6-4, tras casi dos horas de juego. El partido por el título sí tiene precedentes. Ambas jugadoras son viejas conocidas puesto que se enfrentaron en cuatro ocasiones entre 1999 y 2002 con el resultado de empate a dos victorias. Si gana este domingo, Hingis se convertirá con sus cinco victorias en la jugadora con más títulos de la historia del Abierto Toray Pan Pacific.