L D (EFE) Maradona, que llegó este lunes a La Habana procedente de Buenos Aires, fue conducido de inmediato al Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas (CIMEQ), para someterse a un chequeo. El ex futbolista se encuentra "muy cansado, pero equilibrado". El "Pelusa", que llegó a Cuba acompañado por sus hermanas, su médico personal Alfredo Cahe, y su abogado, Héctor Leguizamon, podría permanecer todavía un tiempo en el CIMEQ mientras concluyen los exámenes previos al inicio de su tratamiento.
En los próximos días, según lo previsto, Maradona, de 43 años, ingresará en el Centro de Salud Mental (CENSAM), dependiente del Ministerio del Interior, donde deberá recibir un tratamiento especializado contra su adicción a las drogas. Maradona, que este lunes por la noche cruzó una de las salas VIP del aeropuerto habanero sin detenerse y casi sin mirar a las decenas de periodistas que le esperaban, tendrá un régimen muy severo en el CENSAM que le mantendrá en régimen de "comunidad cerrada", y que le supondrá pocas libertades, y, sobre todo, impedirá sus salidas nocturnas.
La rigidez del CENSAM contrasta con el régimen del que disfrutó Maradona en su primer tratamiento en Cuba, en la clínica "La Pradera", adonde llegó en enero de 2000. En aquella ocasión, el "pibe" tenía un régimen ambulatorio que le daba libertad de movimiento y le permitía mantener su vida nocturna como demostraron algunas fotos donde aparecía consumiendo drogas y ejerciendo el sexo con su novia.
En los próximos días, según lo previsto, Maradona, de 43 años, ingresará en el Centro de Salud Mental (CENSAM), dependiente del Ministerio del Interior, donde deberá recibir un tratamiento especializado contra su adicción a las drogas. Maradona, que este lunes por la noche cruzó una de las salas VIP del aeropuerto habanero sin detenerse y casi sin mirar a las decenas de periodistas que le esperaban, tendrá un régimen muy severo en el CENSAM que le mantendrá en régimen de "comunidad cerrada", y que le supondrá pocas libertades, y, sobre todo, impedirá sus salidas nocturnas.
La rigidez del CENSAM contrasta con el régimen del que disfrutó Maradona en su primer tratamiento en Cuba, en la clínica "La Pradera", adonde llegó en enero de 2000. En aquella ocasión, el "pibe" tenía un régimen ambulatorio que le daba libertad de movimiento y le permitía mantener su vida nocturna como demostraron algunas fotos donde aparecía consumiendo drogas y ejerciendo el sexo con su novia.