Así lo habría confesado el propio Pascua a los agentes de la Guardia Civil tras el registro de su domicilio, donde se encontró un calendario con algunas fechas señaladas con una x además de con siglas.
El entrenador, que está imputado por un delito contra la salud pública, admitió que "cada folio corresponde con la planificación de dopaje para cada tipo de prueba de atletismo, dirigido a los atletas que entreno", tal y como como recoge un documento incorporado al sumario del caso. Sin embargo, fuentes jurídicas consultas han señalado a El País que Pascua probablemente se retracte de sus palabras ante la juez que instruye el caso.
Al parecer, las siglas esconden la identidad de conocidos atletas. Por ejemplo, A15 se emplearía para Nuria Fernández; B15-30, para Reyes Estévez; A1, para Digna Luz Murillo, y B8B para Eugenio Barrios. Así lo refleja en sus informes la Benemérita, que entiende que las letras y los números se corresponden con nombres y distancias.
El cerco sobre Pascua, según El País, comenzó a estrecharse meses atrás a raíz de la interceptación de mensajes de texto, llamadas a móviles y conversaciones que acabaron en su teléfono particular tras haberse iniciado en teléfonos fijos de la residencia Blume.
Uno de los interlocutores de Manuel Pascua tiene acento de "hombre africano", según se desprende de una de las conversaciones que tuvo el técnico con su esposa, María José Martínez, que también es entrenadora. "Francis me ha llamado acojonado porque le ha tocado control hoy", le relató. Los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil intentan demostrar ahora que ese "hombre africano" llamado "Francis" es Francis Obikwelu, portugués de origen nigeriano y oro europeo de 100 metros en 2002 y 2006 y de 200 metros hace cuatro años.