L D (EFE) Apenas unas horas después de ser ratificado por el Consejo cuando su destitución se daba por hecha, el entrenador vasco dirigía el entrenamiento matinal del equipo, tras lo cual ofreció su versión de todo lo sucedido. "Cuando se perdió contra el Getafe en la primera jornada de Liga ya se empezó a hablar de destitución. Yo me reía, pero resulta que los tiros iban por ahí", comenta.
Lotina se declara "tranquilo e ilusionado", pero de su discurso se desprende que ni siquiera él mismo confía en terminar la temporada sentado en el banquillo de Montjuic. "Supongo que si ganamos el sábado", ante el Athletic, "seguiré en el cargo, pero la sensación era que el lunes estaba fuera, y realmente no sé por qué motivos se ha girado todo", dice. El técnico vasco no quiere hablar de injusticias ni de responsabilidades, pero reconoce que este tipo de situaciones "me gustan porque me sirven para conocerme mejor a mí mismo y a los demás".
Consciente de que "la directiva ha pensado en mi destitución", Lotina se muestra confiado en convertirse en el "revulsivo que ha buscado el club". "Está claro que si piensan en un cambio de entrenador es porque quieren una reacción. Pues bien, intentaré que la reacción llegue esta misma semana", señala. Para intentarlo, el técnico se ha reunido brevemente con sus jugadores: "Ellos saben que el sábado quiero a once jugadores muy comprometidos y que no haya excusas. Si alguno no está por la labor, lo mejor es que sea honesto consigo mismo y que no juegue".
Preguntado sobre los movimientos de la directiva para encontrarle un sustituto, Lotina prefiere creerse la versión oficial del club, aunque mostrando cierto escepticismo. "No sé lo que ha pasado, pero si el presidente dice que no han hablado con otros entrenadores, será verdad. Al menos, a los entrenadores que yo conozco no se les ha llamado, porque me lo han dicho". Tampoco quiere Lotina hablar abiertamente sobre el papel de la secretaría técnica en la crisis. "No sé si tengo su apoyo, pero imagino que sí", apunta. Sin embargo, el entrenador se atreve a aconsejar a los responsables deportivos recordándoles que "en caso de que ocurra algo, el mejor técnico ya está en la casa", en alusión a Bartolomé Tintín Márquez, segundo entrenador del equipo.
A la hora de referirse a otro de los factores claves de la crisis deportiva, su relación con el vestuario, el técnico vizcaíno se afana en presentar una imagen idílica de la plantilla. "Los que hablan de que el núcleo duro no me apoya están totalmente equivocados. La plantilla siempre quiere ganar. Es cierto que el año pasado me encontré un vestuario dividido, pero ese tema está bastante solucionado y el ambiente es fenomenal", agrega.
Lotina explica que vivió los días previos a su sorprendente ratificación en una tensa calma. Desconectó su teléfono móvil (pidió disculpas a los periodistas por no haber contestado las llamadas), aunque a través de la prensa se enteró de las intenciones del club. "También me llamó un jugador, pero como estuve desconectado, no supe quién era. En realidad, es probable que me haya llamado más de uno", desvela. Más escéptico que de costumbre, el inconsciente traicionó a Lotina en más de una ocasión, como cuando dijo que su etapa en el Espanyol "ha sido o está siendo" magnífica. También ha querido destacar que el equipo "no está roto", aunque sí le falta "capacidad de reacción" ante un mal resultado.
Lotina se declara "tranquilo e ilusionado", pero de su discurso se desprende que ni siquiera él mismo confía en terminar la temporada sentado en el banquillo de Montjuic. "Supongo que si ganamos el sábado", ante el Athletic, "seguiré en el cargo, pero la sensación era que el lunes estaba fuera, y realmente no sé por qué motivos se ha girado todo", dice. El técnico vasco no quiere hablar de injusticias ni de responsabilidades, pero reconoce que este tipo de situaciones "me gustan porque me sirven para conocerme mejor a mí mismo y a los demás".
Consciente de que "la directiva ha pensado en mi destitución", Lotina se muestra confiado en convertirse en el "revulsivo que ha buscado el club". "Está claro que si piensan en un cambio de entrenador es porque quieren una reacción. Pues bien, intentaré que la reacción llegue esta misma semana", señala. Para intentarlo, el técnico se ha reunido brevemente con sus jugadores: "Ellos saben que el sábado quiero a once jugadores muy comprometidos y que no haya excusas. Si alguno no está por la labor, lo mejor es que sea honesto consigo mismo y que no juegue".
Preguntado sobre los movimientos de la directiva para encontrarle un sustituto, Lotina prefiere creerse la versión oficial del club, aunque mostrando cierto escepticismo. "No sé lo que ha pasado, pero si el presidente dice que no han hablado con otros entrenadores, será verdad. Al menos, a los entrenadores que yo conozco no se les ha llamado, porque me lo han dicho". Tampoco quiere Lotina hablar abiertamente sobre el papel de la secretaría técnica en la crisis. "No sé si tengo su apoyo, pero imagino que sí", apunta. Sin embargo, el entrenador se atreve a aconsejar a los responsables deportivos recordándoles que "en caso de que ocurra algo, el mejor técnico ya está en la casa", en alusión a Bartolomé Tintín Márquez, segundo entrenador del equipo.
A la hora de referirse a otro de los factores claves de la crisis deportiva, su relación con el vestuario, el técnico vizcaíno se afana en presentar una imagen idílica de la plantilla. "Los que hablan de que el núcleo duro no me apoya están totalmente equivocados. La plantilla siempre quiere ganar. Es cierto que el año pasado me encontré un vestuario dividido, pero ese tema está bastante solucionado y el ambiente es fenomenal", agrega.
Lotina explica que vivió los días previos a su sorprendente ratificación en una tensa calma. Desconectó su teléfono móvil (pidió disculpas a los periodistas por no haber contestado las llamadas), aunque a través de la prensa se enteró de las intenciones del club. "También me llamó un jugador, pero como estuve desconectado, no supe quién era. En realidad, es probable que me haya llamado más de uno", desvela. Más escéptico que de costumbre, el inconsciente traicionó a Lotina en más de una ocasión, como cuando dijo que su etapa en el Espanyol "ha sido o está siendo" magnífica. También ha querido destacar que el equipo "no está roto", aunque sí le falta "capacidad de reacción" ante un mal resultado.