L D (EFE) Deportivamente, Fernando Torres y Sergio Ramos fueron los futbolistas más damnificados del ensayo. Ninguno de los dos estuvo fino. Torres no encuentra su sitio en el equipo nacional y Sergio, tras una semana de ajetreo, fue devorado por Radzinski. Luis, en cambio, ratificó su idea de alinear con urgencia a Morientes. En él están puestas buena parte de las esperanza de España para sacar el billete de ir al Mundial. En el campo de El Sardinero se vio poco fútbol. Y eso que, enseguida, Raúl Tamudo mandó a la red de cabeza un servicio medido de Albert Luque desde la izquierda.
De la Peña jugaba en casa, en su ciudad. Él tuvo el mando. Sacó faltas, córners y dirigió el equipo. Su toque es caviar puro. Sin duda, Iván fue el único futbolista que demostró estar más cerca de asomarse a la titularidad el día 7 ante Serbia. Eso sí, su talento se vio sólo durante menos de media hora. Luego fue de más a menos, como todo el equipo. El gol madrugador de Tamudo no fue un acicate, sino todo lo contrario. Se enfrió el partido y Canadá, que venía de turismo, sólo enseñó los dientes con Radzindki, el delantero del Fulham, que le demostró a Sergio Ramos por qué juega en la Premier League.
No tuvo, tampoco, Fernando Torres su noche. No funciona en la selección. Sus números no invitan al optimismo. Ha marcado tres goles en 21 partidos y el público de Cantabria le censuró con sus pitos en la recta final del primer tiempo. Jugaba de capitán, un motivo más para crecer como futbolista, pero se le vio confuso, aturdido y sin fe en la definición. Luis Aragonés sabe que en los amistosos también se gana y se pierde el crédito. Sacó antes de lo previsto a los titulares. Saltaron al campo Joaquín, Raúl y Morientes, con Xabi Alonso de medio centro. España tuvo más el balón. Raúl y Morientes dieron otro tono. De la Peña buscó al hueco a Raúl y Morientes no perdonó. Balón que tuvo, balón que fue dentro.
Canadá nunca perdió la cara al partido. Hizo lo que pudo. Y marcó un gol, lo mejor del envite, con lanzamiento certero y con gran clase que coló Sandro Grande , que en su primer balón mandó al balón a la red. Un gol soberbio. No mostró mucho más el conjunto español, que aun así pudo sacar renta de la lucha del capitán Raúl González, cuyo disparo, tras aprovechar una indecisión de la zaga rival, fue rechazado al larguero por un defensa canadiense, en el minuto 88. El partido estaba puesto en el calendario para crear un clima positivo, con el objetivo de subir la moral del grupo ante el decisivo partido del miércoles próximo ante Serbia y Montenegro. Sólo sirvió a Luis Aragonés para refrendar aún más su alineación titular.
De la Peña jugaba en casa, en su ciudad. Él tuvo el mando. Sacó faltas, córners y dirigió el equipo. Su toque es caviar puro. Sin duda, Iván fue el único futbolista que demostró estar más cerca de asomarse a la titularidad el día 7 ante Serbia. Eso sí, su talento se vio sólo durante menos de media hora. Luego fue de más a menos, como todo el equipo. El gol madrugador de Tamudo no fue un acicate, sino todo lo contrario. Se enfrió el partido y Canadá, que venía de turismo, sólo enseñó los dientes con Radzindki, el delantero del Fulham, que le demostró a Sergio Ramos por qué juega en la Premier League.
No tuvo, tampoco, Fernando Torres su noche. No funciona en la selección. Sus números no invitan al optimismo. Ha marcado tres goles en 21 partidos y el público de Cantabria le censuró con sus pitos en la recta final del primer tiempo. Jugaba de capitán, un motivo más para crecer como futbolista, pero se le vio confuso, aturdido y sin fe en la definición. Luis Aragonés sabe que en los amistosos también se gana y se pierde el crédito. Sacó antes de lo previsto a los titulares. Saltaron al campo Joaquín, Raúl y Morientes, con Xabi Alonso de medio centro. España tuvo más el balón. Raúl y Morientes dieron otro tono. De la Peña buscó al hueco a Raúl y Morientes no perdonó. Balón que tuvo, balón que fue dentro.
Canadá nunca perdió la cara al partido. Hizo lo que pudo. Y marcó un gol, lo mejor del envite, con lanzamiento certero y con gran clase que coló Sandro Grande , que en su primer balón mandó al balón a la red. Un gol soberbio. No mostró mucho más el conjunto español, que aun así pudo sacar renta de la lucha del capitán Raúl González, cuyo disparo, tras aprovechar una indecisión de la zaga rival, fue rechazado al larguero por un defensa canadiense, en el minuto 88. El partido estaba puesto en el calendario para crear un clima positivo, con el objetivo de subir la moral del grupo ante el decisivo partido del miércoles próximo ante Serbia y Montenegro. Sólo sirvió a Luis Aragonés para refrendar aún más su alineación titular.