Los Lakers de Gasol, al asalto del trono de los Celtics en una Liga más abierta que nunca

(Libertad Digital) Después de alzarse con el anillo de campeones en una final sin historia y con sabor añejo ante los Lakers, Boston quiere seguir 'reverdeciendo' viejos tiempos con un 'back to back' -conquistar dos títulos de manera consecutiva-, nuevamente de la mano de su 'Big Three'.

 

Pero esta temporada, sus rivales se han reforzado mucho, por lo que Kevin Garnett, Ray Allen y Paul Pierce deberán multiplicar su producción. Y es que la aportación de ellos parece insuficiente para un equipo sin apenas caras nuevas: los dos 'rookies', JR Giddens-Bill Walker, y el pívot Patrick O'Bryant. Si a ello, se le suma la salida de James Posey, rumbo a Nueva Orleans, parece más necesario que nunca un salto de calidad de los Rajon Rondo, Leon Powe o Kendrick Perkins. De lo contrario, el trío puede ser suficiente para liderar el Este, pero no bastará para vencer en la final al Oeste, cada vez más abierto.

 

En ese ramillete de candidatos, ocupan un lugar destacado los Lakers. Pau Gasol ya conoce a la perfección el equipo, ha entrenado desde el inicio con sus compañeros y, sobre todo, estará menos obligado a fajarse defensivamente en la 'pintura', ya que el anhelado Andrew Bynum por fin está con el equipo. Con Kobe Bryant y el de Sant Boi en los papeles estelares, Lamar Odom saliendo del banquillo y Jordan Farmar asumiendo cada vez más el rol de base, todo parece condicionado a las enormes espaldas de Bynum. Sobre su potencial y forma física reposa el gran margen de mejora de los de oro y purpura.

 

Sin embargo, Nueva Orleans, San Antonio, Houston, Phoenix o incluso Portland tratarán de terminar con el sueño de Pau Gasol de ceñirse su primer anillo de campeón. Los Hornets dieron miedo en la pretemporada (7-1), paseo por Barcelona incluido, y con el fichaje de James Posey ganan en defensa, además de un tirador que unir a Pedja Stojakovic, Morris Peterson y Mike James. Por si fuera poco, jóvenes con enorme potencial como Tyson Chandler, David West o Chris Paul, candidato claro al 'MVP', son un año más experimentados.

 

Los Spurs también mantienen un año más el bloque, pero en su caso puede ser un lastre, ya que los Duncan, Finley, Bowen, Ginóbili, por cuyo tobillo rezará Gregg Popovych tras ser operado en verano, pueden empezar en cualquier momento el declive.

 

Por su parte, las dos grandes incógnitas serán Phoenix y, nuevamente, Houston. Los de Arizona optaron por no seguir de la mano de Mike D'Antoni, que puso rumbo al Madison Square Garden, creador de un estilo de juego alegre y trepidante en ataque, ahora cuánto menos bajo sospecha con la llegada el pasado febrero de un 'dinosaurio' como Shaquille O'Neal, que quiere seguir demostrando que aún puede ser determinante. Mientras, los Rockets, eterno aspirante del Oeste, han reclutado al controvertido Ron Artest para unir a una plantilla muy compensada, pero cogida con alfileres si la salud de Tracy McGrady o el chino Yao Ming no puede gozar de cierta continuidad.

 

 

Mención especial merecen los remozados Clippers de Baron Davis y, sobre todo, los Trail Blazers que, con un año de retraso, vivirán el anhelado 'efecto Oden' con un Rudy Fernández que tiene enamorada a la afición de Portland y Sergio Rodríguez por fin en los planes de Nate McMillan, que no tendrá excusa esta temporada, ya que contará a su disposición con una plantilla larga y mucho futuro, liderada por Brandon Roy y Lamarcus Aldridge.

 

De vuelta al Este, donde el extremeño José Manuel Calderón asumirá el rol de base titular en los Raptors tras firmar su nuevo contrato y fichar TJ Ford por los Pacers, Cleveland sigue encajando nuevas piezas alrededor de LeBron James. Este verano le tocó el turno a Mo Williams, un base total que deberá escoltar al 'Elegido' en la anotación y, sobre todo, la dirección de los Cavaliers.

 

Detroit, que apuesta por un hombre de la casa como Michael Curry en sustitución de Flip Saunders; Orlando, dependiente del 'huracán' Dwight Howard; Philadelphia, que añade a Elton Brand para contentar a su exigente afición tras la salida de Allen Iverson, o los descarados Hawks conforman el resto de aspirantes al cetro de Boston.