En este país se está rondando por un terreno peligroso, la aceptación por parte del vulgo ,de la vulneración de los derechos de las personas ,a tenor de tener un salario abultado. Pero ,¿dónde ponemos la línea de los emonumentos considerados excesivos?, cuando un árbitro pone el listón de las faltas y de las tarjetas a un nivel inadecuado todos vemos como el partido se le va de las manos.
que sinvergüenzas son pero la gente que sigue el futbol con fanatismo y la prensa deportiva tiene la culpa de lo endiosados que están y lo poco que valen, porque pueden meter goles (p.e. Iniesta uno y solo por eso considerarle el mejor de todos, no se le puede pitar en los campos, etc. y como a él a todos los demás) si todos los clubes hicieran lo mismo: pagarles un poco más que a cualquier trabajador (puesto que con los tontos que se apegan al fútbol generan mucho) pero nada más se bajarían al suelo. Sin f´tubol se puede vivir, sin investigación no y les pagan mucho menos, muchiiiisimo menos y se lo están currando toda su vida. La sociedad debería valorar lo que de verdad merece la pena y no a unos tios que solo saben dar al balón y tienen pésima cultura.
Declaración del estado de alarma y militarización ya, y el que no aparezca se le procesa por sedición.
FILI, despues de leer tu comentario, del despelote que llevo no sé que más decir. Que alguien continue con estos vividores. Fu!. . . .
Podéis comenzar a desfilar con destino a la M...I...E...R...D...A...
Gandules,
Golfos,
Cierrabares,
Abrazafarolas,
Miserables,
Mangantes,
Desagradecidos,
Ladrones,
Estafadores,
Que alguien siga con adjetivos des/calificativos...
Vamos que tanta parafernalia para reclamar y al final jugais los partidos no teneis lo que hay que tener si la liga fuera el PP y vosotros UGT o CCOO vamos que no habia futbol pero al final jugais buaa vaya semanita para al final jugar
¡Inaudito!. ¿Que se les indemnice?. ¡Yo si que les indemnizaría!. ¡Pandilla de caraduras!. Id pagando, id pagando, a estos hp los que vais a los campos de futbol. Menudo país de chupópteros. Y lo malo es que lo consentimos nosotros mismos. ¡Qué desgracia de país, qué desgracia de gente!.