L D (EFE) "Gracias a Peter, la gente, de 6 a 90 años, ha incorporado la palabra Subaru a su vocabulario. Los últimos pronósticos hablan de que venderemos 2.580 coches este año y 3.000 el próximo: no nos quedan vehículos en almacén", declaraba al diario Nils Peter Gill, importador de la marca japonesa en Noruega.
Lo que la prensa de su país llama ya el "efecto Solberg" no se limita sólo a la venta de coches, sino que afecta también a la pasión por el motor en Noruega: las licencias de pilotos aumentaron un trece por ciento el año pasado.
"Peter es la locomotora de los deportes noruegos de motor, tenemos mucho que agradecerle. Tener un hombre tan extrovertido y en la cima mundial ha permitido que alcancemos los 5.000 pilotos y que podamos soñar con que tengamos una prueba del Mundial en 2007", afirmaba Arild Antonsen, de la Federación Noruega del Motor.
Lo que la prensa de su país llama ya el "efecto Solberg" no se limita sólo a la venta de coches, sino que afecta también a la pasión por el motor en Noruega: las licencias de pilotos aumentaron un trece por ciento el año pasado.
"Peter es la locomotora de los deportes noruegos de motor, tenemos mucho que agradecerle. Tener un hombre tan extrovertido y en la cima mundial ha permitido que alcancemos los 5.000 pilotos y que podamos soñar con que tengamos una prueba del Mundial en 2007", afirmaba Arild Antonsen, de la Federación Noruega del Motor.