LD (EFE) Los Celtics han dado un paso muy importante en la final de la Conferencia Este y se perfilan ya como la franquicia que luche por el anillo probablemente contra los Lakers de Bryant y Gasol. Así, los de Boston se impusieron a Detroit por 106-102 con un gran encuentro del escolta Ray Allen que deja la eliminatoria en 3-2.
De este modo, Allen jugó su mejor partido de la fase final y lo hizo al aportar 29 puntos, incluidos los decisivos del último minuto del partido cuando los Pistons se habían colocado a sólo un punto en el marcador parcial. El escolta de los Celtics esta vez sí hizo honor de formar parte del famoso "Big Three" de los Celtics al anotar 9 de 15 tiros de campo, incluidos 5 de 6 triples, y 6-6 desde la línea de personal, capturó tres rebotes y repartió dos asistencias.
Por su parte, Kevin Garnett se mantuvo en su línea de líder del equipo al encabezar la lista de encestadores con 33 puntos, incluidos los dos desde la línea de personal con los que sentenció el marcador final al anotar dos tiros de personal a 3,4 segundos para concluir el partido.
El jugador sorpresa del partido fue el pívot Kendrick Perkins, que logró 18 puntos, capturó 16 rebotes y puso dos tapones para dominar siempre las acciones bajo los aros, que iba a ser una de las claves en la victoria de los Celtics. El equipo de Boston consiguió 42 rebotes por tan sólo 25 de los Pistons, que sólo superaron a los Celtics en el apartado de las perdidas de balón con 15 por 17, respectivamente.
La victoria permitió a los Celtics ponerse a sólo una más de conseguir el pase a las Finales de la NBA por primera vez desde 1987 cuando en el equipo jugaban los legendarios Larry Bird, Kevin McHale y Robert Parish. "Todavía no hemos conseguido la clasificación, nos falta un triunfo y debemos estar más concentrados que nunca para conseguirlo", declaró Doc Rivers, entrenador de los Celtics. "Hemos dado un gran paso, pero nos falta el último y más difícil".