L D (EFE) Schumi , séxtuple campeón mundial y que ya mostró su intención de lograr su séptimo título al ganar las tres primeras carreras -Australia, Malasia y Bahrein-, ha ratificado que mantiene su máximo nivel. Ya en la primera de las dos sesiones libres, marcaba una vuelta rápida que nadie superaría durante el resto del día.
El alemán pretende extender su tiranía y, de nuevo con una buena prestación de sus neumáticos Bridgestone, no ha tenido contestación en el primer día de entrenamientos del Gran Premio de San Marino, prueba que ya ha ganado cinco veces. A pesar de que las jornadas de los viernes no son determinantes, en ellas se puede vislumbrar lo que podría acontecer durante el resto del fin de semana. Y parece claro que Michael Schumacher va a por la media docena de botellones de champán en Imola. Esta vez ha cubierto los 4.933 metros del circuito en un tiempo de un minuto, veinte segundos y 84 milésimas, casi un segundo menos que el tiempo de Button, que lograba el mejor crono en la segunda sesión.
Los BAR-Honda han animado la situación en la segunda parte de la jornada, desde el punto de vista general, al aproximarse tímidamente a los autoritarios Ferrari. Sin embargo, bajo una óptica más localista, la noticia no es, a priori, buena, ni para Alonso ni para los Renault, segundos en el Mundial de constructores. Tercera con Button en Malasia y en Sakhir y empatada en ese puesto con Williams en el campeonato de marcas, BAR-Honda ha causado grata impresión en las pruebas de Montmeló y Paul Ricard (Francia) y se ha metido en la metafórica pelea por reinar en la tierra. En la Fórmula Uno, de momento, el término galáctico parece ser menos hiperbólico que en otros deportes. Aquí las diferencias entre el mejor y los demás sí se aproximan a lo astronómico.
Schumacher, Ferrari y Bridgestone se comportan como verdaderos galácticos en la reina de las categoría del motor, en la que el alemán ganó de forma consecutiva los cuatro últimos Mundiales y la Scuderia encadenó los pasados cinco títulos de constructores. Schumi comanda el Mundial con un pleno de 30 puntos, nueve más que su compañero paulista Rubens Barrichello, que aporta sus granos de arena para que el equipo de Maranello sea de nuevo líder firme del campeonato de constructores. Habría que pincharles una rueda para pararlos. Pero como esto no va a pasar, lo interesante en este arranque de temporada es ver cómo se van distribuyendo los puntos por detrás.
Este viernes, Alonso no se ha sentido del todo a gusto con su monoplaza, que presenta una nueva evolución en su propulsor, pero ha mejorado notablemente -un segundo y dos décimas- su prestación en la segunda sesión, en la que cubría la pista del Autódromo Enzo e Dino Ferrari (en la mejor de sus en total 38 vueltas: 13 primero y 25 después) en un tiempo de un minuto, 21 segundos y 788 milésimas, a un segundo y siete décimas de Schumacher, dueño y señor de esta pista. Los Ferrari no enseñaron mucho en el segundo entrenamiento libre, en la que Barrichello marcó el undécimo, por detrás de Alonso -octavo-, al que superó en la primera sesión, por lo que en el cómputo total de la jornada, el crono del de Oviedo fue el noveno.
El colombiano Juan Pablo Montoya (Williams-BMW) fue sexto en la primera sesión, pero acabó con el séptimo mejor tiempo, el de la segunda, que fue de 1:21.661, 127 milésimas menos que Alonso. El español luchará en Imola por un podio al que subió en Australia, en la primera carrera del año. Para ello deberá evitar los fallos de Malasia y Bahrein y firmar una mejor clasificación. Luego dispondrá de otras 62 vueltas, las que está previsto que se den el domingo al circuito en el que el brasileño Ayrton Senna, triple campeón del mundo, perdió la vida hace ya casi diez años, para cubrir el recorrido de 305,609 kilómetros de la prueba. En la que todos esperarán un fallo de los bólidos rojos.
El alemán pretende extender su tiranía y, de nuevo con una buena prestación de sus neumáticos Bridgestone, no ha tenido contestación en el primer día de entrenamientos del Gran Premio de San Marino, prueba que ya ha ganado cinco veces. A pesar de que las jornadas de los viernes no son determinantes, en ellas se puede vislumbrar lo que podría acontecer durante el resto del fin de semana. Y parece claro que Michael Schumacher va a por la media docena de botellones de champán en Imola. Esta vez ha cubierto los 4.933 metros del circuito en un tiempo de un minuto, veinte segundos y 84 milésimas, casi un segundo menos que el tiempo de Button, que lograba el mejor crono en la segunda sesión.
Los BAR-Honda han animado la situación en la segunda parte de la jornada, desde el punto de vista general, al aproximarse tímidamente a los autoritarios Ferrari. Sin embargo, bajo una óptica más localista, la noticia no es, a priori, buena, ni para Alonso ni para los Renault, segundos en el Mundial de constructores. Tercera con Button en Malasia y en Sakhir y empatada en ese puesto con Williams en el campeonato de marcas, BAR-Honda ha causado grata impresión en las pruebas de Montmeló y Paul Ricard (Francia) y se ha metido en la metafórica pelea por reinar en la tierra. En la Fórmula Uno, de momento, el término galáctico parece ser menos hiperbólico que en otros deportes. Aquí las diferencias entre el mejor y los demás sí se aproximan a lo astronómico.
Schumacher, Ferrari y Bridgestone se comportan como verdaderos galácticos en la reina de las categoría del motor, en la que el alemán ganó de forma consecutiva los cuatro últimos Mundiales y la Scuderia encadenó los pasados cinco títulos de constructores. Schumi comanda el Mundial con un pleno de 30 puntos, nueve más que su compañero paulista Rubens Barrichello, que aporta sus granos de arena para que el equipo de Maranello sea de nuevo líder firme del campeonato de constructores. Habría que pincharles una rueda para pararlos. Pero como esto no va a pasar, lo interesante en este arranque de temporada es ver cómo se van distribuyendo los puntos por detrás.
Este viernes, Alonso no se ha sentido del todo a gusto con su monoplaza, que presenta una nueva evolución en su propulsor, pero ha mejorado notablemente -un segundo y dos décimas- su prestación en la segunda sesión, en la que cubría la pista del Autódromo Enzo e Dino Ferrari (en la mejor de sus en total 38 vueltas: 13 primero y 25 después) en un tiempo de un minuto, 21 segundos y 788 milésimas, a un segundo y siete décimas de Schumacher, dueño y señor de esta pista. Los Ferrari no enseñaron mucho en el segundo entrenamiento libre, en la que Barrichello marcó el undécimo, por detrás de Alonso -octavo-, al que superó en la primera sesión, por lo que en el cómputo total de la jornada, el crono del de Oviedo fue el noveno.
El colombiano Juan Pablo Montoya (Williams-BMW) fue sexto en la primera sesión, pero acabó con el séptimo mejor tiempo, el de la segunda, que fue de 1:21.661, 127 milésimas menos que Alonso. El español luchará en Imola por un podio al que subió en Australia, en la primera carrera del año. Para ello deberá evitar los fallos de Malasia y Bahrein y firmar una mejor clasificación. Luego dispondrá de otras 62 vueltas, las que está previsto que se den el domingo al circuito en el que el brasileño Ayrton Senna, triple campeón del mundo, perdió la vida hace ya casi diez años, para cubrir el recorrido de 305,609 kilómetros de la prueba. En la que todos esperarán un fallo de los bólidos rojos.