La decisión del Gobierno británico de abandonar la flota de vigilancia compuesta por los nuevos aviones espía Nimrod MRA4, con la intención de reducir el gasto en Defensa, ha despertado el temor en Reino Unido ante la posibilidad de que eso signifique un vacío de seguridad durante los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
La decisión de desechar esa flota de nueve aviones diseñados para contribuir en la lucha contra el terrorismo, fue parte de la revisión que recientemente presentó el Ejecutivo británico para ahorrar más de 2.300 millones de euros en operaciones de Defensa durante los próximos diez años.
Ante esa decisión ha pronunciado este viernes el portavoz de Defensa del Partido Nacional Escocés (SNP) en el Parlamento británico, Angus Robertson, en cuya circunscripción está incluida la base de esas aeronaves Nimrod. Robertson ha pedido que se modifique la estrategia, pues la considera "un completo disparate" dado que, en su opinión, todo se traduce en que el actual Ejecutivo –formado por una coalición del Partido Conservador y el Partido Liberal Demócrata– "no puede proteger los Olímpicos de manera adecuada".
En concreto, el primer ministro británico, el conservador David Cameron, anunció en octubre que la revisión de la estrategia de defensa permitiría reducir el gasto hasta un ocho por ciento en los próximos cuatro años. La construcción de los aviones espía Nimrod MRA4 había sido ordenada para que éstos entraran en servicio el próximo año y desempeñaran un papel importante en la vigilancia y las medidas de seguridad del Reino Unido para prevenir atentados terroristas en 2012, e año de la celebración de los Juegos Olímpicos.
Sin embargo, la última decisión del Gobierno supone que, a principios de la próxima semana, varios contratistas privados empezarán a desmontar las aeronaves por un coste extra de 200 millones de libras –234 millones de euros–. "Si estos aviones se destruyen y se envían al vertedero, no sólo se habrán tirado a la basura 3.500 millones de libras –4.112 millones de euros– del dinero de los contribuyentes, sino que eso significará también la existencia de un vacío en la capacidad" del país para reaccionar ante distintas situaciones de crisis, ha explicado Robertson.
Por su parte, el Ministerio de Defensa, ha respondido que la determinación de abandonar esos aviones fue difícil, pero que una vez dado el paso no se pueden retractar.