L D (EFE) Carrasco, que tiene fijada su residencia en la isla, lo que a la postre puede haber resultado fundamental para su designación, se ha comprometido por las próximas tres temporadas, según explicaba en rueda de prensa el presidente del Tenerife, Víctor Pérez Ascanio, quien reseñaba que el ex jugador azulgrana es "la persona ideal". Pérez Ascanio abunda en que Carrasco reúne el perfil buscado: "Es entrenador con titulación nacional, tiene conocimientos profundos del fútbol español, mantiene una buena relación con otros clubes, es una persona de prestigio reconocido y está en sintonía con David Amaral".
La directiva blanquiazul había barajado varios nombres en el largo proceso de la designación del sustituto de Miguel Ángel Ruiz, si bien el abanico de posibilidades se había reducido en los últimos días a sólo tres: Lobo Carrasco, Salva Iriarte y José Antonio Tigre Barrios. Las quinielas daban como favorito a Salva Iriarte, ex entrenador y director deportivo de la Real Sociedad, entidad a la que estuvo ligado durante treinta y cuatro años, y de la que se marchó en el mes de abril de 2002 tras la llegada al banquillo donostiarra Roberto Olabe. Antes, Albert Valentín, del Figueres, sonó con fuerza como posible nuevo director deportivo del Tenerife, y es que incluso se trasladó a la isla para negociar directamente con el club blanquiazul su contrato, pero al parecer las cantidades económicas que le ofrecieron no se ajustaban a sus exigencias.
A Lobo Carrasco le queda por delante la ardua labor de confeccionar un equipo, en conexión con Amaral, con escasos recursos económicos, si bien antes deberá aligerar la nómina de jugadores con los que el club no cuenta para las campañas venideras. Al respecto, Carrasco dice que no tomará decisiones que vayan en contra del criterio de David Amaral, a quien respaldó reiteradamente durante el acto de su presentación, pero que tampoco contradigan al criterio de austeridad económica que quiere implantar la entidad chicharrera en adelante. La única contratación que parece haber cerrado el Tenerife antes de la llegada de Carrasco es la del portero Álvaro Iglesias, del Ponferradina, dado que los guardametas de la actual primera plantilla, Sergio Aragoneses y Joaquín Valerio, regresarán al Atlético de Madrid y al Betis, respectivamente.
La directiva blanquiazul había barajado varios nombres en el largo proceso de la designación del sustituto de Miguel Ángel Ruiz, si bien el abanico de posibilidades se había reducido en los últimos días a sólo tres: Lobo Carrasco, Salva Iriarte y José Antonio Tigre Barrios. Las quinielas daban como favorito a Salva Iriarte, ex entrenador y director deportivo de la Real Sociedad, entidad a la que estuvo ligado durante treinta y cuatro años, y de la que se marchó en el mes de abril de 2002 tras la llegada al banquillo donostiarra Roberto Olabe. Antes, Albert Valentín, del Figueres, sonó con fuerza como posible nuevo director deportivo del Tenerife, y es que incluso se trasladó a la isla para negociar directamente con el club blanquiazul su contrato, pero al parecer las cantidades económicas que le ofrecieron no se ajustaban a sus exigencias.
A Lobo Carrasco le queda por delante la ardua labor de confeccionar un equipo, en conexión con Amaral, con escasos recursos económicos, si bien antes deberá aligerar la nómina de jugadores con los que el club no cuenta para las campañas venideras. Al respecto, Carrasco dice que no tomará decisiones que vayan en contra del criterio de David Amaral, a quien respaldó reiteradamente durante el acto de su presentación, pero que tampoco contradigan al criterio de austeridad económica que quiere implantar la entidad chicharrera en adelante. La única contratación que parece haber cerrado el Tenerife antes de la llegada de Carrasco es la del portero Álvaro Iglesias, del Ponferradina, dado que los guardametas de la actual primera plantilla, Sergio Aragoneses y Joaquín Valerio, regresarán al Atlético de Madrid y al Betis, respectivamente.