En el club están convencidos de que el nuevo año significará el despegue tras un final de 2008 lleno de decepciones, dudas y polémicas, y ansían aprovecharse del hecho de que la eliminación de la Copa del Rey les traerá dos meses más tranquilos que para el resto.
Serán un total de ocho partidos antes del regreso de la Liga de Campeones el próximo 25 de febrero, en el que los madridistas están convencidos de poder sumar la mayoría de tres en tres, para recuperar su condición de candidato al título y, sobre todo, para volver a situarse en la zona alta, ya que ni siquiera están en puestos de Champions. Tras la visita del Villarreal, los de Juande viajarán a Mallorca y cerrarán la primera vuelta y comenzarán la segunda recibiendo en el Bernabéu a Osasuna y Deportivo, respectivamente, en el mes de enero. Cuatro partidos, uno por semana, que deben saldarse con triunfos. El comienzo del mes de febrero será también 'apacible', en Soria ante el Numancia y en casa frente al Racing de Santander, antes de que se produzca el éxodo de internacionales para la jornada del 11 de febrero.
Con la visita al Sporting de Gijón y el partido ante el Betis, confían en seguir logrando triunfos antes de cerrar el mes ante el Liverpool y comenzar un mes de marzo que será decisivo ante Espanyol, Atlético de Madrid y visita a Anfield. El vigente campeón de Liga cierra una primera fase de la temporada marcada por las lesiones de Van Nistelrooy y Diarra y los problemas de Rubén de la Red, que se despiden de la temporada, la eliminación copera ante el Real Unión de Irún y la destitución de Bernd Schuster, pero afrontan una nueva etapa plagada de ilusión de la mano de Juande Ramos.
El de Pedro Muñoz se estrenó con victoria ante el Zenit y, tras perder en el Camp Nou, sumó el triunfo frente al Valencia que debe ser la mejor inyección de moral para el nuevo año, en el que esperan dejar de ser uno de los equipos más goleados y recuperar el olfato con el nuevo 'killer' Huntelaar.
La 'Décima' se presenta como el gran objetivo, aunque primero todo pasa por doblegar al Liverpool de Benítez y superar la barrera de octavos, que ha sido infranqueable para el Real Madrid las últimas cuatro temporadas.