El pívot Luis Scola, autor de 37 puntos, condujo a su selección a los cuartos de final, en donde le espera Lituania, verdugo de China por 78-67. Ambos equipos plantearon de salida dos duras defensas zonales, por lo que el partido se jugó al triple y al lanzamiento exterior.
Especialmente Argentina encontraba dificultades para entrar a la pintura, algo que compensó con muy buenos lanzamientos de tres: 5 de 6 en los primeros diez minutos y tres de ellos de Carlos Delfino, que hizo pleno. Pero enfrente estaba un Barbosa y un Marcelinho Huertas (10 puntos por cabeza en el primer cuarto) que iban a poner las cosas muy difíciles.
A pesar de que los cariocas perdiesen dos partidos de la fase de grupos y finalizaron terceros, Argentina y Brasil son dos equipos muy similares -por ejemplo en las estadísticas en este campeonato-, y esa igualdad se veía reflejada en lo reñido del partido en cancha: 25-25 al final del primer cuarto prometiendo un encuentro lleno de espectáculo.
En el segundo periodo, el seleccionador argentino, Sergio Hernández, se vio obligado a iniciar las rotaciones para no cansar a unos Prigioni, Scola y Delfino que han disputado la práctica totalidad de los partidos de la fase de grupos y que se debían revelar decisivos en un partido tan igualado como el de octavos. Hasta que no quedó poco más de un minuto para el descanso, la albiceleste no logró abrir un ligero hueco de seis puntos (46-40) gracias a un triple de Leo Gutiérrez.
Aunque dentro de la limpieza, el partido era duro y los árbitros fueron estrictos. Los dos equipos se cargaban de faltas, lo que en principio pareció que iba a favorecer a la albiceleste ya que Barbosa (uno de los pilares de Brasil y ya entonces con 13 puntos a sus espaldas), y Guilherme Giovannoni, se iban a la pausa con tres faltas cada uno.
Sin embargo, el árbitro tampoco iba a tener piedad de Cequeira, al que le pitaba cada vez que se acercaba demasiado a un contrincante, algo de lo que se benefició Huertas (32 puntos en el encuentro) que consiguió un triple más adicional. Suficiente para empatar el partido (46-46). Un ataque irremisiblemente desperdiciado por Leo Gutiérrez y dos puntos más en tiros libres -los dos equipos habían alcanzado el bonus- sirvieron para que los brasileños se llevasen el marcador a su favor al marcharse hacia los vestuarios (46-48).
Al inicio del tercer cuarto, los brasileños, lograron abrir la diferencia hasta los siete puntos (46-53) con varias jugadas de raza de Tiago Splitter, nuevo jugador de San Antonio Spurs, pero apareció Delfino para cerrarla con un triple y una internada en la pintura (53-55). Un puntos desde la línea de tiros libres de un Oberto ya recuperado de sus problemas gastrointestinales y que volvía a dar fuerza a la zona argentina pusieron el encuentro aún más igualado (54-55).
Los brasileños, que conocen bien a Argentina -no en vano su seleccionador es Rubén Magnano, quien llevó a la generación de oro de la albiceleste a conquistar la plata en el Mundial de 2002 y al oro de las Olimpiadas de 2004-, reforzaron la presión sobre Scola, de quien dependen en exceso para llevar el peso anotador, lo que hacía más difícil el juego de los de Sergio Hernández. Aun así el jugador de los Houston Rockets logró hacer 25 puntos y agarrar 7 rebotes en media hora de juego y permitió que argentina enfilase los últimos diez minutos contra Brasil tal y como habían empezado, empatados (66-66).
El último periodo se inició con un concierto de triples: dos de Barbosa (20 puntos en todo el partido, de ellos 15 de triples) por Brasil, que fueron seguidamente respondidos por otros dos de Jasen (15 puntos), quien por fin logró sintonizar su frecuencia anotadora, que parecía haber olvidado en partidos anteriores.
Leo Gutiérrez volvió a firmar un triple de esos que marcan la diferencia para poner a Argentina de nuevo por delante (77-74). La albiceleste reforzó entonces su atención en los rebotes (29 por 22 de Brasil en todo el partido) y logró estabilizar una diferencia de 4 puntos (81-77). Pero el cuadro que dirige el 'Oveja' Hernández, estaba ya en el bonus de 5 faltas y con tres jugadores -Oberto, Jasen y Scola- a sólo una advertencia de ser obligados a sentarse, por lo que los tres minutos y medio que le separaban de los cuartos de final prometían ser larguísimos.
De hecho, Brasil se sirvió de los tiros libres para reducir la ventaja a un punto con un minuto para el final. Entonces, de nuevo un Scola que ya alcanza la categoría de semidiós para la hinchada argentina (37 puntos y 9 rebotes en todo el partido), hizo cuatro puntos que valieron su peso en oro para evitar que los brasileños pudieran forzar la prórroga (93-89).
China no puede dar la sorpresa
Lituania recibió dormida a una China dispuesta, como en los Juegos Olímpicos que hospedó, a convertir su milagro económico en deportivo. A los cinco minutos y medio de juego, con 7 puntos del experimentado Wang Zhizhi, el primer jugador chino que militó en la NBA, la potencia asiática se había colocado arriba en el marcador (5-16).
Los chinos defendían duro en zona gracias a su superior altura, lo que dejaba a los bálticos a merced de los triples, en los que no tienen una buena estadística. Sin embargo, en el segundo cuarto, el conjunto lituano, arropado por el centenar de ruidosos seguidores que se acercó a animarle, logró despertar. Jasaitis y Javtokas (5 y 6 rebotes al descanso) no dejaron que los chinos agarrasen una bola bajo la canasta verdiamarilla, y Kleizas, el alma del equipo, logró desperezarse para irse con 13 puntos al banquillo.
Por China, el nuevo fichaje de los Wizards Yi Jianlian (11 puntos en todo el partido) en el que el entrenador Bob Donewald Jr confiaba para hacer olvidar la baja del lesionado pívot de los Houston Rockets, Yao Ming, no respondió a lo mostrado a lo largo del torneo, en el que había sido uno de los líderes de las estadísticas, con 22,5 puntos por partido. Así las cosas, los lituanos lograron ponerse 32-31 poco antes del descanso y ya no dejaron de comandar el partido.
Lituania comenzó el periodo final con una ventaja nada desdeñable (64-51) pero el conjunto asiático, con gran afán de superación colectiva, logró dar el último mordisco en un parcial de (2-9), colocándose a escasos seis puntos a falta de cinco minutos.
Los lituanos no se arredraron, sacaron a relucir su mejor juego en los últimos compases del encuentro con un Kleiza imparable (anotó 30 puntos al término) y lograron un cómodo marcador (78-67) que les da el pase a los cuartos de final.