L D (EFE) "Estoy satisfecho con los resultados pero no debemos caer en la autocomplacencia. El objetivo es un plan de preparación olímpica centrado en 2008 y con continuidad hasta 2012. Podemos romper el techo de Barcelona en resultados y dar un salto de calidad en nuestro deporte", ha dicho Lissavetzky.
El secretario de Estado se encontraba en su segunda comparecencia ante la Comisión de Educación y Ciencia del Congreso con el plante de todos los grupos nacionalistas de la Cámara Baja e Izquierda Unida, que aprovecharon para reclamar, en una rueda de prensa simultánea, la creación de selecciones deportivas autonómicas. "Tengo respeto absoluto al Congreso y a los parlamentarios y soy partidario del diálogo, pero el Comité Olímpico Internacional (COI) es claro en cuanto al reconocimiento de estados soberanos. Vivimos un momento en el que el deporte español merece un análisis serio y riguroso y el papel de las comunidades autónomas es fundamental", ha dicho Lissavetzky, preguntado por la ausencia de estos grupos.
El presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD) iniciaba sus dos horas de comparecencia con un resumen sobre las cifras de Atenas, donde acudieron 322 deportistas, España compitió en 23 deportes, estuvo presente en las finales de 17 deportes con 71 finalistas (33%) y ganó 19 medallas (9%), lo que representa "un factor de conversión de finalistas en medallas del 27 por ciento". Según Lissavetzky las "luces" de Atenas se traducen en "la presencia de finalistas en muchos deportes, la superación del bache de Sydney y los 7 cuartos puestos y los 14 quintos", frente a las "sombras" dejadas por "la falta de rendimiento competitivo en determinados momentos, los resultados finales de los equipos, las pocas medallas de oro (3) y la ausencia de medallas en deportes de mayor participación".
Lissavetzky ha puntuado con buena nota el ambiente en la delegación española, "la relación fluida y correcta con el COE" y el hecho de que ningún español diera positivo en los controles de dopaje, punto en el que reiteró su compromiso a crear un Plan Nacional Antidopaje, sustentado en la "prevención, el control y la represión". "Creo que España está en la cifra media de dopaje de Europa, pero otro tema es la permisividad. Es bueno trabajar en esto para la salud y también como tarjeta de presentación para Madrid 2012", ha dicho el secretario de Estado, quien ha desvelado que el presidente del COI, Jacques Rogge, le comentó que hay sensación de que en España hay cierta permisividad para obtener sustancias.
En este sentido Lissavetzky adelanta su pretensión de diseñar también un "plan de dopaje" para el fútbol, dialogado con los propios clubes y la Federación, que permita hacer más controles en competición, fuera de ella y en Segunda división B. "La Administración tiene competencias y las vamos a ejercer", añade. El secretario de Estado avanza también su objetivo de elaborar un Plan de Preparación Olímpica centrado en Pekín 2008 y con continuidad hasta 2012, basado, "con carácter general, en acercar el deporte a la educación empezando por la escuela", con medidas como ampliar el número de horas que se dedican a la educación física.
La financiación, con el objetivo de "atraer al sector privado", es otro de los pilares del plan, que contempla "cambiar el sistema de subvenciones a las federaciones". "Quiero cambiar el sistema, aplicar un código de buen gobierno y que la financiación pública se pueda hacer marcando unos objetivos para mejorarlo", añadía. El mayor aprovechamiento de los Centros de Alto Rendimiento, el incremento de la cooperación internacional con estancias de deportistas españoles en otros países, la coordinación entre los entrenadores personales y los técnicos de las federaciones y la mejora del programa de detección de talentos, son otros de los aspectos del proyecto, que busca el "apoyo integral a los deportistas de elite y la inclusión del deporte en el Plan Nacional de Investigación y Desarrollo.
Lissavetzky sólo tuvo que responder al representante del Grupo Popular, Francisco Antonio González, quien criticó al director general de Deportes, Rafael Blanco, por unas manifestaciones relativas a la lucha contra el dopaje y comentó que los 38 títulos mundiales ganados por España en 2002 fueron un prólogo a Atenas. "Usted ha querido llevar el agua a su molino y ha tergiversado lo que yo he dicho. He reconocido, de manera justa, que en resultados olímpicos el trabajo fue bueno, pero no reconozco el buen trabajo del Partido Popular en el deporte. No me molesta coincidir con el PP, pero hay diferencias", concluyó el secretario de Estado.
El secretario de Estado se encontraba en su segunda comparecencia ante la Comisión de Educación y Ciencia del Congreso con el plante de todos los grupos nacionalistas de la Cámara Baja e Izquierda Unida, que aprovecharon para reclamar, en una rueda de prensa simultánea, la creación de selecciones deportivas autonómicas. "Tengo respeto absoluto al Congreso y a los parlamentarios y soy partidario del diálogo, pero el Comité Olímpico Internacional (COI) es claro en cuanto al reconocimiento de estados soberanos. Vivimos un momento en el que el deporte español merece un análisis serio y riguroso y el papel de las comunidades autónomas es fundamental", ha dicho Lissavetzky, preguntado por la ausencia de estos grupos.
El presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD) iniciaba sus dos horas de comparecencia con un resumen sobre las cifras de Atenas, donde acudieron 322 deportistas, España compitió en 23 deportes, estuvo presente en las finales de 17 deportes con 71 finalistas (33%) y ganó 19 medallas (9%), lo que representa "un factor de conversión de finalistas en medallas del 27 por ciento". Según Lissavetzky las "luces" de Atenas se traducen en "la presencia de finalistas en muchos deportes, la superación del bache de Sydney y los 7 cuartos puestos y los 14 quintos", frente a las "sombras" dejadas por "la falta de rendimiento competitivo en determinados momentos, los resultados finales de los equipos, las pocas medallas de oro (3) y la ausencia de medallas en deportes de mayor participación".
Lissavetzky ha puntuado con buena nota el ambiente en la delegación española, "la relación fluida y correcta con el COE" y el hecho de que ningún español diera positivo en los controles de dopaje, punto en el que reiteró su compromiso a crear un Plan Nacional Antidopaje, sustentado en la "prevención, el control y la represión". "Creo que España está en la cifra media de dopaje de Europa, pero otro tema es la permisividad. Es bueno trabajar en esto para la salud y también como tarjeta de presentación para Madrid 2012", ha dicho el secretario de Estado, quien ha desvelado que el presidente del COI, Jacques Rogge, le comentó que hay sensación de que en España hay cierta permisividad para obtener sustancias.
En este sentido Lissavetzky adelanta su pretensión de diseñar también un "plan de dopaje" para el fútbol, dialogado con los propios clubes y la Federación, que permita hacer más controles en competición, fuera de ella y en Segunda división B. "La Administración tiene competencias y las vamos a ejercer", añade. El secretario de Estado avanza también su objetivo de elaborar un Plan de Preparación Olímpica centrado en Pekín 2008 y con continuidad hasta 2012, basado, "con carácter general, en acercar el deporte a la educación empezando por la escuela", con medidas como ampliar el número de horas que se dedican a la educación física.
La financiación, con el objetivo de "atraer al sector privado", es otro de los pilares del plan, que contempla "cambiar el sistema de subvenciones a las federaciones". "Quiero cambiar el sistema, aplicar un código de buen gobierno y que la financiación pública se pueda hacer marcando unos objetivos para mejorarlo", añadía. El mayor aprovechamiento de los Centros de Alto Rendimiento, el incremento de la cooperación internacional con estancias de deportistas españoles en otros países, la coordinación entre los entrenadores personales y los técnicos de las federaciones y la mejora del programa de detección de talentos, son otros de los aspectos del proyecto, que busca el "apoyo integral a los deportistas de elite y la inclusión del deporte en el Plan Nacional de Investigación y Desarrollo.
Lissavetzky sólo tuvo que responder al representante del Grupo Popular, Francisco Antonio González, quien criticó al director general de Deportes, Rafael Blanco, por unas manifestaciones relativas a la lucha contra el dopaje y comentó que los 38 títulos mundiales ganados por España en 2002 fueron un prólogo a Atenas. "Usted ha querido llevar el agua a su molino y ha tergiversado lo que yo he dicho. He reconocido, de manera justa, que en resultados olímpicos el trabajo fue bueno, pero no reconozco el buen trabajo del Partido Popular en el deporte. No me molesta coincidir con el PP, pero hay diferencias", concluyó el secretario de Estado.