El inexplicable intento de robo al Celta en Gran Canaria que nadie entiende

El Celta llegaba con ganas de romper su nefasta racha como visitante -tres partidos y tres derrotas esta temporada- en el estadio de Gran Canaria ante una Unión Deportiva Las Palmas que no consigue un triunfo desde febrero. Acumuló la temporada pasada 14 encuentros sin conseguir la victoria y en este curso 24/24 no había conseguido sumar tres puntos en los ocho primeros duelos.

El Celta se hizo con el mando del partido de salida. Fue mejor en un gran tramo del primer tiempo y se fue al descanso ganando 0-1 gracias a un tanto de Borja Iglesias.

Tras el paso por los vestuarios, el surrealismo en su máxima expresión se instauró en el estadio canario. El colegiado Adrián Cordero Vega, un auténtico pistolero con un muelle en su bolsillo a la hora de sacar tarjetas amarillas -acumulaba 15 en 4 partidos esta campaña-, decidió ser el triste protagonistas.

En tan solo dos minutos -el tramo que va del 51 al 53- decidió expulsar a Ilaix Moriba por doble tarjeta amarilla por estas dos acciones.

La primera es una faltita y la segunda no es ni falta. Una auténtica locura.

El Celta se quedaba con 10 a los 8 minutos de la segunda parte, pero pronto perdería otra pieza. Iago Aspas, capitán del equipo olívico, fue expulsado también por doble amarilla, las dos por protestar. La primera en la acción que supuso la expulsión de Ilaix y la segunda, solo dos minutos después, en el 55, también por realizar alguna objeción al colegiado. Dos rojas sin dar una sola patada en tan solo cuatro minutos. Terrible.

Las redes sociales echaban humo. Nadie entiende que se le pasó por la cabeza al trencilla. Vergonzosa e indignante actuación que provocaba la reacción de todos los amantes del mundo del fútbol. Es difícil encontrar una actuación que ponga de acuerdo a tanta gente. Cordero Vega lo consiguió.

El Celta, que jugó 41 minutos con dos jugadores menos, aguantó de manera heroica y se llevó el triunfo fastidiando la cena al señor Cordero Vega y quién sabe si algo más. Arbitrajes de esta calaña solo dejan claro lo que muchos saben: el arbitraje en nuestro país tiene un serio problema.