El Granada necesitaba buenas noticias, necesitaba goles, con el descenso a pocos puntos y la recién eliminación en la Copa ante un equipo de Segunda RFEF (la antigua Tercera División) tenían que conseguir la victoria ante su afición. Los de Robert Moreno se medían al Mallorca, rival directo en liga, y Jorge Molina apareció cuando más lo necesitaba su equipo.
Con sus tres goles, Molina se convierte en el jugador más veterano en convertir un hat-trick en las cinco grandes ligas con 39 años y 241 días. El español se convierte así, en el número uno en la liga, y supera a Rodrigo Palacio, que en la Serie A lo consiguió con 29 años y 86 días de edad.
Una jornada antes, en la visita al Cádiz, Molina apareció en los minutos finales para cazar un balón dentro del área y lograr el empate, rescatando un punto valioso ante otro contrincante de la zona baja. Con el logrado en el Nuevo Mirandilla, el experimentado atacante se colocaba entre los tres goleadores más veteranos en marcar en Liga, acercándose cada vez más al registro de Donato.
A pesar de sus 39 años, la actitud que mostró el delantero recordó a la que mantuvo en su etapa en el Getafe a las órdenes de Bordalás, ofreciendo trabajo incansable, soluciones constantes para los compañeros y un olfato goleador imperecedero, como sufrió en primera persona la zaga del Mallorca, incapaz de encadenar a Molina.
Con el partido en tablas, Molina fue el más listo anticipándose a la zaga rival para perforar la portería de Reina, con disparo imparable. Ya en la segunda mitad, Molina tiró de oportunismo para firmar el segundo tanto del encuentro, una actuación que remató con su hat-trick para certificar la victoria, demostrando que le quedan muchos goles en las botas.