En Marco Asensio muchos comenzaban a perder la fe sin atender al tiempo necesario para recuperar la confianza y perder el miedo que experimenta un futbolista tras una grave lesión. A Lucas Vázquez se le veía más fuera que dentro desde el club. En verano no había ninguna intención de renovar el contrato que expira a final de temporada. Ambos ejemplifican los vaivenes del fútbol.
En el deporte rey, como en la vida, todo puede cambiar en un minuto y las oportunidades deben ser aprovechadas. Asensio dispuso de once titularidades hasta la del Celta, con Zinedine Zidane empeñado en recuperar el jugador que fue antes de la grave lesión de rodilla, pero con la imposibilidad de dar continuidad a un jugador que no decidía partidos.
El hambre de la juventud brasileña de Vinícius Junior y Rodrygo Goes demandaba paso mientras Eden Hazard salta de lesión en lesión con sus posteriores puestas a punto físicas. Mientras Marco iba recuperando la confianza perdida, el miedo a volver a romperse, adquiriendo ese punto de velocidad que le convirtió en un jugador diferente en el panorama español y ganando confianza para mostrar su técnica, escuchaba que el Real Madrid no espera a nadie y la presión aumentaba.
Frente al Celta se quitó Asensio un peso de encima. Regalo de gol a Lucas y tanto para reivindicarse. "Ya se va viendo mi mejor versión. La gente no sabe que es un proceso largo en el que hay que acumular partidos y minutos", se defendió ante aquellos que dudaban de que volviese a ser decisivo. Brilló desde la banda izquierda, en su posición natural y donde sabe que el tiempo instalará a un Hazard al que se lo está poniendo difícil. No tiene problema en jugar a pierna cambiada en la derecha, eso sí, con la continuidad que necesita un futbolista que desea volver a ser importante para su equipo y la selección española. Con la Eurocopa en el horizonte.
De estar con pie y medio fuera del Madrid, a intocable
Con Lucas Vázquez nadie discute su esfuerzo y la humildad con la que asume su papel. Un futbolista que siempre suma en la plantilla. Cuando juega y cuando no. Inició la temporada sabiendo que era la última de su sueño de jugar en el club de su corazón, comenzando a plantearse ofertas elevadas extranjeras, sin minutos en los tres primeros partidos del curso pero dando todo en cada entrenamiento esperando su oportunidad. La agarró con fuerza cuando le llegó, supliendo los problemas de lesiones en el lateral derecho para encontrar una nueva demarcación en la que aportar su potencial físico y ganando tanto protagonismo, que siguió como extremo con el regreso de Dani Carvajal. Suma 16 titularidades consecutivas y ha obligado al club a replantearse su situación. De momento no ha renovado y desde el 1 de enero puede firmar con cualquier equipo, pero el deseo del gallego es continuar y espera la propuesta mientras brilla en cada partido.
La concentración como factor decisivo
Defiende Zidane que la imagen de Elche no fue mala y merecieron ganar. Sin embargo sus jugadores pecaron de conformismo con ventaja en el marcador y recibieron un castigo inesperado. Luego fueron incapaces de superar el planteamiento defensivo, las dos líneas cerradas ante las que habitualmente sufre el Real Madrid. Frente al Celta sumaron un equipo más a la lista de partidos importantes ganados. Llegaba lanzado el conjunto vigués tras un diciembre impoluto, llamando a las puertas de Europa, y la intensidad fue clave. Los jugadores madridistas estuvieron concentrados desde el minuto uno al final, juntaron líneas en tareas defensivas y fueron un equipo unido. El planteamiento del rival permitió además correr y ser letal al contragolpe. Un equipo que en numerosos partidos acusa su falta de pegada, plasmó un cien por cien de efectividad en sus lanzamientos a puerta. Dos remates a portería y dos goles. La goleada no llegó porque Karim Benzema no afinó otras dos claras para marcar.
La seguridad de Nacho
Logró que no se añorase la figura del capitán Sergio Ramos en un partido clave para evitar que el Atlético de Madrid adquiera una ventaja insalvable. El Celta llegaba lanzado, con grandes números goleadores y un Iago Aspas como máximo artillero de LaLiga. Nacho salvó su gol y lanzó la acción del gol que rompió pronto el partido. Brilló todo el partido demostrando las razones por las que ha adelantado al brasileño Militao como tercer central de la plantilla. Le ocurre cada temporada. Comienza siendo el último y acaba jugando más de lo que se espera. Exhibió firmeza sin acusar los partidos que llevaba sin jugar y preparado para cuando Zidane le da paso.