Lo de este Real Madrid es increíble. No hay quien lo entienda. O sí. Lo mismo te firma partidos espantosos ante rivales teóricamente muy inferiores como el Cádiz y el Shakhtar Donetsk que muestra una cara súper competitiva en el Clásico del Camp Nou, donde esta tarde ha brillado en todas sus facetas para lograr un triunfo (1-3) ante el Barcelona, el eterno rival, que le sirve para curar las penas tras una semana horrible. La motivación, desde luego, no es la misma.
Venían los blancos de caer en su feudo del Alfredo di Stéfano ante un recién ascendido a Primera División y frente a la cenicienta de su grupo en la Champions —que, además, llegaba a Madrid con numerosas bajas por culpa del coronavirus—, pero recuperando para la causa a Sergio Ramos. Con el capitán, desde luego, es otra cosa. El camero, que se perdió el estreno en la Liga de Campeones por un fuerte golpe en la rodilla sufrido en el partido anterior, no quiso perderse el Clásico y demostró que está listo para salir al rescate del Real Madrid echándose el equipo a la espalda. Con él a su lado, Varane se sintió mucho más seguro —nada que ver a la imagen nerviosa que mostró el galo junto a Militao ante el Shakhtar—, y el sevillano también marcó el gol que cambiaría el signo del Clásico al transformar un discutido penalti que él mismo provocó al sufrir un agarrón de Lenglet dentro del área. Justo antes del gol de Modric, se sumó en no pocas ocasiones al ataque y gozó de una clara oportunidad que desbarató Neto.
Si Zidane recuperaba a Ramos para la causa, Ronald Koeman también volvía a contar con un efectivo importante como es Jordi Alba. El lateral catalán, lesionado hace tres semanas contra el Sevilla, fue clave en la acción del empate de Ansu Fati, aunque todavía le falta rodaje después de haberse perdido los últimos encuentros. En el otro lado de la balanza, el Madrid llegaba con bajas como las de Hazard, Odegaard y Carvajal, entre otros, mientras que el Barça sigue sin poder contar con su portero titular, Ter Stegen, aunque lo cierto es que Neto está rindiendo a un gran nivel y, si no llega a ser por él, los blancos podrían haber conseguido incluso un resultado más abultado.
Griezmann y Modric, suplentes
La tarde arrancó sin la magia habitual de los clásicos debido a la ausencia de público, por culpa de la pandemia, y con alguna que otra sorpresa en los onces titulares. A Koeman no le tembló el pulso a la hora de sentar a Griezmann, de quien sigue esperando mucho más en el Barcelona, y poner en el campo a Pedri, mientras que Zidane apostó por un tridente Asensio-Benzema-Vinicius, dejando en el banquillo a un Modric que venía de ser titular en los últimos cuatro encuentros. Y el Clásico resultó eléctrico desde el inicio, con dos goles en los primeros ocho minutos. Se adelantó el Madrid en el marcador con el tanto de Fede Valverde, definiendo a las mil maravillas ante Neto tras el pase al hueco que le puso Benzema, en una jugada en la que Piqué quedó retratado, pero el Barça reaccionó e igualó el choque sólo tres minutos después. Jordi Alba cogió la moto e hizo la misma jugada de toda la vida. Apuró la línea de fondo, sacó el pase de la muerte y Ansu Fati, que todavía no ha llegado a la mayoría de edad —cumplirá los 18 años el próximo sábado—, batió a Courtois con un gran remate. Faltaba la magia de la grada, pero sí saltaban chispas sobre el césped.
Messi, que en este inicio de temporada no está a su mejor nivel, quiso acaparar el protagonismo y pronto inquietó a Courtois con un mano a mano en el que desdibujó a Ramos. El argentino se topó con el cancerbero belga y vio frustrada su primera gran ocasión. En la siguiente jugada, la ocasión fue para el Madrid con un remate de Benzema, tras un gran centro de Kroos, que detuvo Neto. El partido estaba loco, por suerte del espectador, y los primeros 25 minutos del Clásico fueron eléctricos.
El Barça siguió creciendo y reclamó como penalti una acción de Casemiro sobre Messi, pero la repetición confirmó que el brasileño tocó la pelota limpiamente. El descanso estaba a la vuelta de la esquina, pero antes Zidane quitó del campo a Nacho para dar entrada a un Lucas Vázquez que acabaría rindiendo a muy buen nivel en la segunda mitad. El hoy lateral derecho del Real Madrid tenía una amarilla y sufría por su banda, pero poco después se supo que tenía problemas en un muslo. El gallego lo suplió con creces, siendo uno de los más destacados del Real Madrid junto a Sergio Ramos y un Fede Valverde que acabó exhausto y hasta mareado.
Munuera acertó pese a las protestas
Salió el Barça mejor que el Madrid tras el paso por vestuarios. Ansu Fati volvía a generar peligro y también empezaba a aparecer Coutinho, hasta entonces prácticamente inédito, con un remate de cabeza en el segundo palo, tras centro precisamente de Ansu, que se fue rozando la red.
El Barça buscaba el gol, pero el Real Madrid hizo saltar la banca con el gol de penalti de Sergio Ramos. Claro agarrón de Lenglet al de Camas dentro del área a la salida de un córner. En un primer momento se pensó que hubo falta previa del central madridista, pero lo cierto es que no tocó al francés, que sí cogió a Sergio de la camiseta. Martínez Munuera señaló la pena máxima tras consultar el VAR, acertando en su decisión —el colegiado valenciano rayó a un gran nivel en el primer Clásico que ha pitado en su carrera—, y Ramos no falló a su cita con el gol desde el punto de penalti, siendo la vigésimo quinta pena máxima consecutiva que marca.
El 1-2 dio alas a un Real Madrid que no disfrutaba de un penalti a favor en el Camp Nou en Liga desde hacía 13 años. El Barça se volcó en ataque en la última media hora y Koeman metió en el campo de una tacada a Dembélé, Trincao y Griezmann. Más madera, que es la guerra. Zidane, por su parte, metió a Modric por Fede Valverde, mareado, y luego a Rodrygo por un Marco Asensio que brilló más en defensa que en la parcela ofensiva.
Pese a que el Barça jugaba más en campo contrario, también el Madrid pudo haber sentenciado el Clásico en la recta final con una doble ocasión de Toni Kroos desbaratada por Neto y otra oportunidad muy clara de Ramos, en un remate cruzado, ante la que también se lució el meta brasileño del Barcelona. Eso sí, Neto Murara no pudo evitar el gol de Modric, el de la sentencia, ya en el minuto 90. Aunque el cancerbero sí pudo contener en un primer momento a Vinicius —esta vez bastante impreciso y un tanto desaparecido el brasileño—, la pelota le cayó a Luka en el rechace y el croata, pura clase, aguantó ante Neto para acabar batiéndole con un gran remate con el exterior de su bota derecha. Un golazo que tumbó definitivamente al Barça en un Clásico que ha dejado un gran sabor de boca para el Real Madrid, que parece curar sus penas.
Este equipo es capaz de lo mejor y lo peor, pero esta vez, súper motivado, mostró su mejor cara, exhibiéndose como un equipo competitivo que, después de perder en casa contra el Cádiz y el Shakhtar, puede ganar en una plaza siempre difícil como es el Camp Nou.
Ficha técnica
FC Barcelona, 1: Neto; Dest, Piqué, Lenglet, Jordi Alba (Braithwaite, m.87); Sergio Busquets (Trincao, m.82), Frenkie de Jong; Pedri (Griezmann, m.82), Messi, Coutinho; y Ansu Fati (Dembélé, m.82)
Real Madrid, 3: Courtois; Nacho (Lucas Vázquez, m.43), Varane, Sergio Ramos, Mendy; Casemiro, Valverde (Modric, m.69), Kroos; Marco Asensio (Rodrygo, m.81), Vinicius y Benzema
Goles: 0-1, m.5: Fede Valverde; 1-1, m.8: Ansu Fati; 1-2, m.62: Sergio Ramos, de penalti; 1-3, m.90: Modric
Árbitro: Martínez Munuera (Colegio valenciano). Mostró cartulina amarilla a Casemiro (m.19) y Nacho (m.37), del Real Madrid; y a Lenglet (m. 29), Jordi Alba (m.62) y Messi (m.92), del Barcelona
Incidencias: Partido de la séptima jornada de LaLiga Santander disputado en el Camp Nou a puerta cerrada por la pandemia del coronavirus