El presidente del Fuenlabrada, Jonathan Praena, se ha abonado al Deportivo tras la controvertida jornada final de la temporada 2019/20, que acabó con el equipo gallego en Segunda División B, y lo que pretendía, según su entorno, ser un buen gesto, ha avivado la polémica.
Praena es uno de las cerca de 20.000 personas que se han hecho socios del Deportivo para la temporada 2020/21 en Segunda B, cifra récord en esa categoría.
El presidente del Fuenlabrada ha depositado los 50 euros que cuesta la reserva del abono mientras el aforo del Estadio de Riazor sea limitado por el coronavirus.
La imagen de su carné se difundió a través de las redes sociales y, aunque algunos pensaron inicialmente que era una broma de alguien que había utilizado los datos de Praena, se ha confirmado que el dirigente del Fuenlabrada es quien está detrás de ese abono del Deportivo.
El gesto que tenía, según apuntan desde el entorno del dirigente, "buena intención", pero en La Coruña ha generado todo lo contrario. Ni en el club gallego ni en su afición han sentado bien que el máximo accionista del Fuenlabrada se haya abonado al equipo después de todo lo que ha pasado desde el 20 de julio.
Ese día, el Fuenlabrada se presentó en Galicia para afrontar la última jornada de LaLiga SmartBank con un brote de coronavirus en el equipo sin habérselo comunicado previamente a las autoridades sanitarias ni a su rival.
En los días previos, el equipo madrileño había detectado los primeros contagios y, aunque los positivos se quedaron en Madrid, viajó el mismo día del partido sin conocer el resultado de los unos test que había realizado a primera hora de aquella mañana.
A la hora de la merienda, en el hotel de concentración en La Coruña, se confirmaron nuevos positivos y eso provocó el aplazamiento del partido con el Deportivo, no así del resto de la jornada, que tenía que haberse disputado en horario unificado.
El Fuenlabrada necesitaba puntuar para acceder a la promoción de ascenso y el Deportivo ganar para, en función de otros resultados, poder salvarse, pero con los resultados que se dieron aquel 20 de julio, los gallegos, sin poder jugar, descendieron matemáticamente a Segunda B 40 años después.
El equipo madrileño quedó confinado en La Coruña, hubo cruce de declaraciones entre los dos clubes, el Deportivo atacó también a LaLiga por las decisiones que tomó, el partido acabó disputándose el 7 de agosto y el conjunto coruñés no logró recuperar en las instancias deportivas su plaza en el fútbol profesional.
El tema está ahora en la justicia ordinaria, que por una parte debe determinar si se ha cometido delito alguno por parte del Fuenlabrada, LaLiga o sus respectivos presidentes, en el viaje a La Coruña con positivos de coronavirus, y, por la otra, si el Deportivo fue perjudicado por el incumplimiento de una circular de la Federación sobre la disputa de la jornada en horario unificado y debe ser readmitido en Segunda División.