Están abocados a entenderse. Leo Messi y el FC Barcelona han suavizado sus posturas, aunque se mantienen firmes en sus pretensiones: el argentino sigue empeñado en abandonar el club después de 16 temporadas en el primer equipo, mientras que el Barça advierte que no dejará salir gratis al mejor jugador de su historia. La entidad culé siempre se ha remitido a la cláusula de rescisión del futbolista (700 millones de euros), restando validez —como LaLiga también le ha avalado— a la cláusula que permitiría al argentino abandonar el Barça a final de cada temporada.
"O es para renovar o nada", han venido transmitiendo en las últimas fechas desde la Junta directiva azulgrana, dejando claro que sólo se sentarían a negociar con el argentino para estudiar una ampliación de su contrato, que finaliza el 30 de junio de 2021, nunca para negociar la salida del futbolista, que el pasado 25 de agosto envió un burofax al club para comunicar oficialmente su deseo de abandonar la entidad. Fue entonces cuando empezó un culebrón que cada vez se ha ido enredando más y más...
Y es que Messi se ha mantenido firme en su pulso a la directiva que preside Josep María Bartomeu: el domingo no acudió a las pruebas PCR en la Ciudad Deportiva Sant Joan Despí, en unos test que han marcado el inicio de la pretemporada antes del debut en Liga a finales de septiembre, ni tampoco se ha puesto aún a las órdenes del técnico Ronald Koeman. Unas faltas que, según el convenio colectivo Liga-AFE, son de carácter grave y pueden suponer una suspensión de empleo y sueldo para el futbolista de "entre dos y diez días".
La cuerda sigue muy tensa, pero las partes implicadas confían en poder desbloquear la situación. Por ello, el padre y representante del jugador, Jorge Messi, ya ha emprendido vuelo desde Rosario hacia Barcelona con la intención de sentarse junto a Bartomeu y sus directivos en la mesa de negociaciones. El padre de Leo partió sobre las 17:00 (hora peninsular española, las 12:00 en Argentina) de este martes. Su llegada está prevista sobre las seis de la madrugada, después de 13 horas de vuelo, y el miércoles se reunirá con el presidente azulgrana para buscar una salida amistosa a la situación de su hijo.
Messi quiere resolver cuanto antes su final en el Barcelona para definir después su futuro, que parece encaminarse más hacia el Manchester City pese a que, según Mundo Deportivo, el argentino sólo recalaría en la entidad skyblue siempre que el traspaso sea a coste cero.