Máxima tensión entre Leo Messi y la Junta directiva del FC Barcelona, tres días después de que el argentino enviara un burofax al club para comunicar oficialmente su intención de abandonar la entidad después de 16 temporadas en el primer equipo.
Lo cierto es que el argentino ha cambiado de estrategia para buscar su salida del club y ahora ha pedido una reunión con los rectores azulgranas para negociar y buscar una solución a este conflicto, según informa El Periódico. Messi se mantiene firma en su idea de irse pero también entiende que no se podrá marchar gratis; eso sí, tampoco abonando la cláusula de rescisión de su contrato, que asciende a la astronómica cifra de 700 millones de euros.
Sin embargo, la respuesta del Barcelona es contundente: se mantiene firme en su posición y sigue remitiéndose a esa cláusula. De esta forma, Josep María Bartomeu y sus directivos sólo se sentarían en la mesa de negociaciones con Leo para hablar de una hipotética renovación, cosa que no se va a producir tras el claro deseo del rosarino de marcharse de la entidad culé. "O es para renovar o nada", dicen.
Las posturas siguen muy alejadas y no parece que vaya a haber una solución a corto plazo. El Barça va a intentar convencer a Messi de que siga en el club, pero el argentino no ha cambiado de opinión y sigue pensando que su ciclo en el conjunto azulgrana ya ha terminado.
En principio está previsto que Messi se presente este domingo en la Ciudad Deportiva de Sant Joan Despí con sus todavía compañeros para pasar las pruebas médicas y que el lunes se ponga a las órdenes de Ronald Koeman, a quien ya le comunicó hace unos días que se veía más fuera que dentro del Barça, antes de su famoso burofax, para la primera sesión de entrenamiento de esta nueva temporada. Sin embargo, el diario As apunta que Leo se está planteando muy seriamente no acudir a la Ciudad Deportiva.
Un nuevo capítulo en esta guerra que no parece tener visos de solución a corto plazo.