Ronald Koeman ha sido anunciado como nuevo entrenador del FC Barcelona tras la destitución de Quique Setién. Es la segunda etapa del técnico holandés en LaLiga tras un pequeño paso por el Valencia, donde no dejó muy buena imagen.
El holandés llegaba al club valenciano en noviembre de 2011, firmaba por lo que restaba de temporada y dos temporadas más. Juan Bautista Soler, entonces presidente del Valencia, había despedido a Quique Sánchez Flores y contrataba al técnico tulipán procedente del PSV.
Poco más de un mes de su llegada dejaba fuera a tres vacas sagradas del club: Albelda, Cañizares y Miguel Ángel Angulo. Tres 'jugadores que lo eran todo en el club y el nuevo técnico decidía apartarles, dejándoles fuera del grupo durante el resto de su etapa como técnico del Valencia.
Una decisión con la que solo consiguió resultados y ambiente negativo. En lo deportivo casi cayó en puestos de descenso. De hecho, en la jornada 33 era destituido y cogía el equipo Voro, que lo dejaba décimo tras cogerlo 15º, a cuatro puntos de los puestos de descenso. Ganaron una copa del Rey, pero en Valencia todos hablan que ese partido fue absolutamente "autogestión".
Una etapa que pocos en el Valencia recuerdan con cariño. Albelda llegó a ser premonitorio de alguna manera al decir que ojalá algún día entrenase al Barcelona, "así se igualaría algo la liga". Cañizares, otro de los apartados no le recuerda de mejor manera. Sus comentarios lo hizo cuando el nuevo técnico azulgrana entrenaba al Everton y comentaba que el neerlandés era incapaz de crear un proyecto nuevo y que esperaba que alguna vez fuera capaz de hacerlo. Su fichaje por el club del Camp Nou es una oportunidad.
También lo recuerdan de forma negativa jugadores con los que sí contó, como Joaquín o Vicente. El actual futbolista del Betis remarcó que en los cinco meses que estuvo, destrozó el equipo. El ex extremo valencianista dijo que el trato con el técnico "era lamentable".
Pocas buenas palabras para un entrenador que se tiene que ganar un vestuario complicado, en un momento difícil y con una afición que anhela cuanto antes un cambio de rumbo de 180º.