Yannick Carrasco, Joao Félix y Diego Costa. Esas fueron las tres ausencias más destacadas que tuvo el Cholo Simeone para jugar ante el Celta en Vigo y la verdad es que lo que al principio parecía un pequeño hándicap al final se convirtió en una merma importante para los rojiblancos. La sensación del Atlético una vez finalizado el choque en Balaídos tiene que ser la de haber perdido dos puntos. Bien es cierto que es un punto positivo porque sigue acercando al equipo de Simeone a la Champions, pero con algún estilete más arriba los rojiblancos habrían dejado de lado la ausencia de variantes ofensivas que notaron en la segunda parte y no habría carecido de frescura tras el 1-1.
La clave del Atlético en este reinicio de Liga, aparte de la sobrenatural fuerza física de Marcos Llorente, es que siempre que Simeone miraba al banquillo tenía, como mínimo, tres cambios ofensivos que podían revolucionar cualquier partido. Si jugaba de inicio con Morata, el Cholo tenía en el banquillo a Costa. Si ponía de inicio a Joao Félix, su variante podía ser Correa. Si Carrasco no era titular ahí estaba el belga para salir y romper el partido. Eso no lo tuvo el Cholo en tierras gallegas y, cuando miró al banquillo tras el 1-1, solo vio a Lemar, Herrera, Vitolo, Saponjic, Camello o Manu Sánchez. No son malos cambios, ni mucho menos, sin embargo, no tienen esa aceleración de 0 a 100 que sí te dan otros jugadores.
El Celta, sabedor de que el Atlético llegaba condicionado, se sobrepuso al gol de Morata en el minuto 1 y con una mezcla entre ‘churro’ y genialidad de Fran Beltrán se llevó un punto que no le aleja definitivamente del descenso aunque sí le permite cierta tranquilidad. Ambos, Atlético y Celta, todavía tienen deberes por hacer en los tres partidos que restan de aquí al final del campeonato.
Morata golpeó pronto y Beltrán cambió el rumbo
Es una de las frases más repetidas en la historia de este deporte, pero es a la vez una de sus verdades absolutas, porque nadie puede rebatir que el fútbol, como la mayoría de los deportes tanto individuales como colectivos, vive en gran medida de las sensaciones. En tenis esto se puede traducir en que la pelota impacte en la cinta de la red y caiga de un lado o del otro y en fútbol que, por ejemplo, un equipo no consiga marcar ni un solo gol en 90 minutos y en un partido idéntico lo logre a los 50 segundos.
El párrafo anterior es extrapolable a los partidos que Atlético de Madrid y Celta han disputado en la presente temporada. En la primera vuelta el conjunto de Simeone fue incapaz de marcarle ni un solo gol al conjunto celeste en el Wanda Metropolitano y eso que gozó de innumerables ocasiones. Allá por septiembre de 2019, el Atlético disparó 20 veces sobre la portería gallega: 5 entre los tres palos, 10 fuera de los mismos y los otros cinco fueron bloqueados. El portero rival, Rubén Blanco, la estrella del choque.
Pues bien, ya en el mes de julio en el que nos encontramos, un tiro a puerta y gol rojiblanco a los 50 segundos de partido. Ni siquiera se llegó al minuto 1. Fútbol. F-ú-t-b-o-l. Y ojo, sensaciones, porque de esto va todo lo que le está sucediendo a los rojiblancos desde el reinicio de la Liga. Ahora sí tiene jugadores que destacan, como Marcos Llorente, Giménez o Koke, y ahora sí tiene goles, sensaciones y un físico envidiable, aunque esto último le faltó en la segunda parte ante el Celta.
Tras una primera parte en la que el Atlético fue mejor al principio y el Celta al final, el segundo acto arrancó con un golazo de Fran Beltrán en el 48’ que recondujo el partido por completo. Poco importa que el ex del Rayo la quisiese pegar de cualquier forma menos de la manera en la que impactó con el balón, pero la pelota entró en la portería de Oblak y es lo único que importa.
Mientras Óscar celebraba el tanto de los suyos desde el banquillo local, Simeone miró hacia el propio esperando encontrar lo que había encontrado desde Bilbao hasta el otro día frente al Mallorca en el Metropolitano. El Cholo miró una y otra vez buscando soluciones en su retaguardia, por eso tardó más de la cuenta en hacer los cambios, y finalmente terminó por lanzarse a la piscina metiendo en el campo a Herrera, Vitolo y Manu Sánchez. No eran puntas de lanza revolucionarias, pero algo tenía que hacer el Cholo para buscar oxígeno.
Lo que nadie esperaba es que la desesperación de Simeone acabase con el ingreso al campo, primero de Lemar y luego de Saponjic. Irónicamente ambos tuvieron las más claras para el 1-2 mientras el VAR estudiaba por el camino hacia el final del partido un penalti en cada área. Finalmente, ni penas máximas ni más goles. 1-1. Eso sí, la cara de entusiasmo de Lemar al entrar al campo... eso sí fue de pena máxima. Justo lo contrario que el fútbol del Celta, que cuando encuentra su mejor versión hace sonreír a cualquiera.
Ficha técnica:
1. RC Celta: Rubén (Iván Villar, min. 82); Hugo Mallo, Aidoo, Jorge Sáenz, Olaza; Okay, Beltrán, Brais Méndez (Rafinha, min. 59); Smolov (Santi Mina, min. 59), Aspas (Bradaric, min. 91)
1. Atlético de Madrid: Oblak; Arias, Giménez, Savic, Lodi (Manu Sánchez, min. 68); Correa (Lemar, min. 73), Thomas (Herrera, min. 68), Saúl, Koke; Llorente (Vitolo, min.68) , Morata (Saponjic, min. 88)
Goles: 0-1: Morata min. 1; 1-1: Beltrán min. 49
Árbitro: Sánchez Martínez (colegio murciano). Amonestó con tarjeta amarilla a Brais Méndez, Jorge Sáenz y Murillo por parte del Celta; a Lodi, Giménez y Herrera por parte del Atlético de Madrid
Incidencias: partido correspondiente a la trigésima quinta jornada de la Liga Santander disputado en el estadio municipal de Balaídos a puerta cerrada debido a las restricciones provocadas por la pandemia del coronavirus.