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Liga

El Atlético aburre en Valladolid (0-0)

El equipo de Simeone tiró la primera parte y no supo reaccionar en la segunda. Los locales fallaron un penalti y tampoco tiraron a puerta.

El equipo de Simeone tiró la primera parte y no supo reaccionar en la segunda. Los locales fallaron un penalti y tampoco tiraron a puerta.
Morata en un lance del partido / Efe

El Atlético de Madrid puede jugar con un tridente en la delantera o con armas nucleares si quiere, pero si en vez de apuntar a su rival apunta hacia arriba es totalmente inofensivo. En Valladolid, los rojiblancos volvieron a perder la intensidad en un partido gris y sin ganas, hecho que aprovechó el conjunto pucelano para pasar por encima del cuadro rojiblanco en la primera parte. Es el mal más frustrante del Atlético de Madrid porque lo repite cada pocos partidos y luego, ya en la segunda parte, espera que algo o alguien le ayude a revertir su falta de actitud.

Si Sandro llega a marcar el penalti del que dispuso en el minuto 32, el equipo de Simeone se habría ido al descanso y quizá a Madrid con las orejas hacia abajo y con la misma sensación merecida que tiene cada vez que se deja comer la tostada. No hay que quitarle méritos al Valladolid de Sergio, que debió obtener más en los 45 minutos iniciales, pero en este tipo de partidos ante equipos grandes se nota mucho cuando el rival a priori más pequeño está pudiendo con su rival por ganas, no por calidad en el juego. Los pucelanos ganaron todas las segundas jugadas y tal era su superioridad en la intensidad que ellos apenas notaron el campo de conejos en el que se había convertido el césped del José Zorrilla.

Mientras el Valladolid jugaba con el Atlético, por lo menos hasta la segunda parte, el colegiado Sánchez Martínez también apareció en escena para aportar su polémico granito de arena. A la media hora de partido ya llevaba cuatro amarillas que, aunque merecidas, ponían el listón muy bajo a la hora de mostrarlas. Poco después llegaría el penalti de Thomas que Martínez no se atrevió a pitar y que el VAR le recomendó ver para subsanar su posible error. Vistas cuatro repeticiones, todo el mundo dudaba, sin embargo, el colegiado decidió señalar la pena máxima dejando a Sandro con todo a favor para el 1-0. Tan justa fue la acción de Thomas como el balón que el jugador del Valladolid quiso poner en la escuadra. La pelota acabó fuera para desesperación de la parroquia local y el Atlético, sin tridente ni nada que apuntase a su rival, se marchó a los vestuarios esperando la cholina de su entrenador.

Cholina o no, nada cambió

No se sabe si el Cholo Simeone dio más de un grito en el vestuario rojiblanco, pero si lo hizo, eso dejaría en muy mal lugar a sus jugadores ya que no cambiaron nada en la segunda parte. Si el Valladolid no llega a bajar el ritmo por falta de baterías, el Atlético se habría vuelto a Madrid con otro revolcón parecido al que vivió en San Sebastián. Y merecido además.

Simeone no obtuvo absolutamente nada de su tridente y según pasaron los minutos fue quitando estiletes para meter alguien que se moviese en el medio. Con una terrible ausencia de juego entre líneas y de movimientos de ruptura, el Cholo acabó metiendo en el campo a Correa y Lemar parar abrir huecos o para al menos sacar partido de la gran cantidad de amarillas que tenía el Valladolid. Esa era su idea, sin embargo, los deberes no se pueden dejar para el último momento y solo un remate al palo de Correa puso el "uy" en la boca de los sacrificados seguidores colchoneros que en Zorrilla aguantaron un tostón considerable.

Joao Félix fue el primero en irse. Morata, el segundo. Todo ello con Diego Costa en el terreno de juego, reventado, pero en el terreno de juego. Simeone le tiene que ver muy bien desde abajo porque desde la cabina de prensa su cansancio y su mal estado de gracia son patentes. Lo mismo que Saúl que acabó el partido con la lengua fuera y con otro suspenso más en su hoja de servicios. Sí fue sustituido Koke, algo inédito con Simeone, pero el fallo no estaba en él sino en la suma de varios elementos y, sobre todo, en la manía de regalar minutos al rival.

El parón llega ahora, pero la sensación que dio el Atlético en Pucela es que ellos decidieron parar antes. El Atlético de las esperas desespera al Atlético de Madrid, y si nadie se divierte, los títulos no van a venir solos al Metropolitano.

Ficha técnica:

0 - Real Valladolid: Masip; Moyano, Kiko Olivas, Salisu, Nacho; Óscar Plano, Míchel (Anuar, m.83), Joaquín, Toni Villa (Waldo, m.64); Guardiola y Sandro (Enes Ünal, m.68).

0 - Atlético de Madrid: Oblak; Trippier, Savic, Giménez, Lodi; Koke (Lemar, m.65), Thomas, Saúl, Joao Félix (Correa, m.61); Diego Costa, Morata (Herrera, m.71).

Árbitro: José María Sánchez Martínez (Comité murciano). Mostró cartulina amarilla a Nacho (m.2), Toni Villa (m.10), Moyano (m.28), Óscar Plano (m.48), Joaquín (m.52), Waldo (m.74), del Real Valladolid, incluido el técnico, Sergio González (m.84), y a Morata (m.25), Saúl (m.45), Joao Félix (m.60), Lemar (m.88), del Atlético de Madrid.

Incidencias: Partido correspondiente a la octava jornada de LaLiga Santander, disputado en el estadio José Zorrilla ante 23.650 espectadores. Antes de comenzar el partido, hubo un recuerdo especial hacia el que fuera entrenador del Real Valladolid, Vicente Cantatore, con motivo de su 84 años

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