La rocambolesca historia de cómo se fraguó el fichaje bomba del verano: Kagawa, al Real Zaragoza

El Real Zaragoza afronta su séptima temporada en el infierno de Segunda. Los maños afrontan una nueva temporada en la división de plata del fútbol español cargados de ilusión. La llegada de Víctor Fernández al banquillo, resucitó a un equipo que estaba al borde de la catástrofe. El descenso a Segunda B hubiera supuesto, con casi total seguridad, la desaparición de un histórico del fútbol español.

Víctor consiguió salvar holgadamente al equipo y este curso, con un gran trabajo de la dirección deportiva liderada por Lalo Arantegui, y con la continuidad de Víctor en el banquillo, la afición sueña con el ansiado ascenso.

El empujón final de ilusión y esperanza llegaba en la mañana de este viernes por sorpresa. El Real Zaragoza anunciaba el fichaje bomba del verano, la incorporación de Shinji Kagawa. El japonés de 30 años y ex del United, que jugó cedido el tramo final de la temporada pasada por el Borussia Dortmund en el Besiktas turco, firma por dos temporadas.

El mundo del fútbol flipaba. ¿Cómo ha podido el Real Zaragoza, con sus enormes problemas económicos y militando en Segunda, fichar a un jugador de la categoría del nipón?

Pues la historia de su fichaje tiene miga y merece ser contada. Como avanzó en rigurosa primicia informativa en exclusiva Chesus Santamaría en El Desmarque y ha podido saber Libertad Digital y esRadio de fuentes internas del club maño, las mismas que afirman que el japonés va a cobrar tan solo 400.000 euros, el fichaje se fraguó de una manera rocambolesca y casi esperpéntica... ¡fue un ofrecimiento del padre de Ander Herrera, Pedro Herrera!

El principal mérito es de un mítico del zaragocismo, el que fuera jugador y secretario técnico del Real Zaragoza en su mejor etapa, Pedro Herrera -hoy convertido en agente de futbolistas-, fue el principal artífice del fichaje de Kagawa. Una locura suya fue la que encendió la bombilla a Víctor Fernández. El mister maño jugó, también, un papel fundamental en la incorporación de Shinji. Le comió la cabeza de tal manera que Kagawa terminó decidiéndose por la aventura aragonesa.

Intrahistoria de un fichaje espectacular

Todo comenzó un 25 de julio. Ese día, la empresa de representación AC Talent consiguió cerrar la cesión de Enric Franquesa al Mirandés. ¿Qué tendrá que ver el bueno de Enric Franquesa con Kagawa? Pues, indirectamente, mucho. Pedro Herrera esperaba en Zaragoza para emprender el viaje a Miranda acompañando a Franquesa. Le debía recoger uno de los miembros de su empresa, Sergio Corella.

Esa misma noche se produjo una cena con Víctor Fernández, también asesorado por la citada empresa. El japonés, como ya manifestó públicamente, estaba como loco por jugar en España. Le daba igual perder dinero con tal de cumplir uno de sus sueños. Por eso, su agencia de representación había iniciado una intensa búsqueda en Primera. Se ofreció a Kagawa, al que muchos medios turcos llegaron a colocar en el Celta, a media Primera División. Sin suerte. Nadie apostaba por su fichaje.

Corella comentó su fracasada búsqueda en plena cena. Entonces, Pedro Herrera, en un impulso que mezclaba locura y genialidad, lo soltó. ¿"Y por qué no lo traemos al Real Zaragoza?", espetó. La cena tuvo continuidad al día siguiente y la locura de Pedro Herrera había iluminado a un Víctor Fernández que tomó cartas en el asunto. "Por intentarlo...".

Fernández habla con el director deportivo, Lalo, y ambos deciden ponerse manos a la obra. La venta de Pep Biel al Copenhague por cinco millones de euros deja margen económico para, al menos, tantear a Kagawa. El final del sueño ya saben como termina, con Kagawa firmando por el histórico equipo maño.

La locura de un mítico del Real Zaragoza, Pedro Herrera padre del actual jugador del PSG, la ilusión de Víctor Fernández y la perseverancia de la dupla Lalo Arantegui -José María Barba, como ya sucedió en su día con el fichaje de Borja Iglesias al que freían a llamadas cada día, hizo real un fichaje imposible.