El Atlético de Madrid está siendo el equipo de moda esta pretemporada y su entrenador, Diego Simeone, tiene gran culpa de ello. Pues ahora eel técnico argentino ha concedido una entrevista al medio de su país La Nación, donde ha repasado el momento que vive su equipo, el VAR, el resto de equipos e incluso el fútbol femenino.
Han dejado de ser el equipo del pueblo. "No, ya no. Hoy tenemos un estadio extraordinario, el año próximo vamos a inaugurar una ciudad deportiva a la altura de lo que el club se merece. Recién ahora el club está paralelo al crecimiento del equipo. El crecimiento del equipo fue demasiado rápido y el club no lo podía acompañar. Pero ahora, con una gestión muy buena, hay un estadio, grandes instalaciones, podemos comprar a los Lemar, a los Joao Félix".
Momento de reinventarse. "Será un momento de renovación, se fueron líderes importantísimos dentro del equipo, y digo del equipo y no del plantel, es decir, tipos que jugaban todos los domingos. Vamos a tener que reinventarnos, y para reinventarnos vamos a tener que pensar solamente en el día a día. Siempre pensamos así, es cierto, pero quizás en el tiempo eso se fue desvaneciendo, por eso ahora tendremos que redoblar nuestra filosofía. Adelantarnos a decir que en el próximo campeonato vamos a pelear el título sería apresurado".
Equipos con escuela. "Cuando los entrenadores llegamos a un club, necesitamos entender su historia. Si no la entendemos, estamos destinados a pasarla peor que mejor. Si yo no siento esa esencia, no voy. Desde el momento que acepto ir, lo más sano y lo más noble del entrenador es preguntarse: "¿Cuál es la historia de este club?". E ir moldeando tu estilo de juego a la historia de ese club, sin dejar de ser vos, desde ya. El Ajax tiene una escuela definida. El Barcelona la tiene, Juventus también. Y el Atlético de Madrid, también. El Real Madrid, no. Porque alterna en base al talento sus distintas formas de presentarse. Y hay equipos que están naciendo, como el City de Guardiola, que no tiene historia, pero sí está de a poco encerrándose en lo que Guardiola le está marcando como camino".
Crecimiento del fútbol femenino. "Es un crecimiento enorme, fantástico, maravilloso. Les da a las chicas la posibilidad de desarrollar un juego en el que durante mucho tiempo les costó posicionarse. Juegan bárbaro. Veo técnica, calidad. La única diferencia que hay es la fortaleza física, y esa diferencia estará siempre. Pero desde la calidad y la técnica veo detalles maravillosos y, con el tiempo, nos habituaremos a Mundiales fantásticos. Tienen talento, tienen creatividad. Al acercarte a las mejores versiones de Estados Unidos, Holanda o Suecia, por ejemplo, cuando una chica controla y no le mirás la cara, es un pibe".
El VAR. "Me gusta. De a poco nos vamos adaptando, y si bien tiene que ser ayudado, no tengo dudas de que va a mejorar el día que no lo manejen los árbitros que son consecuentes con sus pares. Los que están en el VAR tienen que ser exárbitros, no pueden ser pares de los que están dirigiendo en la cancha. Porque puede generar la sospecha de "yo no te expongo, vos no me exponés". Con gente que ya no dirige sería mejor, porque si te equivocás, te saco y pongo a otro, total hay un montón de árbitros. ¿Ayuda el VAR? Ayuda. ¿Perjudica más a los grandes o los chicos? A los grandes, porque vos antes ibas a la cancha del Madrid, del Barcelona o del Atlético de Madrid y se caía un rival en tu área y no pasaba nada; ahora, al menos, están obligados a ir a revisarlo".
La salida de Griezmann. "Lo suyo fue significativo desde lo deportivo. Otros, de otra manera, han marcado a fuego el corazón de los hinchas del Atlético. Los números de Antoine son tremendos: en cinco años se metió entre los cinco máximos goleadores de la historia del club. Cuando me vino a hablar de su salida, yo ya lo intuía. Creo que buscó el momento más adecuado en su búsqueda de seguir mejorando; es joven, tiene talento, es un chico extraordinario al que quiero mucho. Y la mejor manera de mantener este afecto es desde el respeto. Entiendo que los otros también tienen necesidades. Mientras los otros tengan necesidades que no alteren las mías, va genial. Si el que se queda altera las mías, quizá ya no terminamos como amigos".