Nasser Al-Khelaïfi ha puesto a Neymar en el mercado. El presidente del PSG se ha cansado de proteger a su estrella. Si llega una oferta jugosa, le abrirá la puerta gustoso. Tras las declaraciones de Al-Khelaïfi en L'Équipe, los rumores se han disparado. Real Madrid y Barcelona aparecen en el horizonte como dos de los máximos candidatos en la carrera por el brasileño.
En el Madrid hay un dilema. Con una inversión de 300 millones de euros en fichajes y el equipo formado y reforzado con creces, en principio la única incorporación que quedaba pendiente era la del centrocampista. Paul Pogba es el elegido por club y entrenador. El francés, que está como loco por recalar en Concha Espina, pone todo de su parte. Estaría dispuesto a bajarse la ficha. Su agente, Mino Raiola, es un especialista en agitar el árbol de los traspasos para chuparse los dedos con una jugosa comisión de rigor. De momento el gran obstáculo es el United. Una roca en las negociaciones, lo declara intransferible. La guerra por el luso será dura y cruenta. Con Neymar en el mercado, algunas voces con autoridad de la directiva merengue dudan. Ir a por un centrocampista de un perfil menor y lanzarse con todo a por el brasileño –para rebajar las pretensiones del PSG podrían entrar en la operación jugadores como Casemiro, Isco o incluso Marco Asensio–. Otros lo tienen más claro. Con el fichaje de Hazard y el de Mbappé en el horizonte, Neymar no es una prioridad. Habrá que ver cual de las dos posturas se termina imponiendo.
En Can Barça las aguas bajan revueltas tras el agitado final de temporada con el desastre de Liverpool incluido. El vestuario culé, según adelanta en exclusiva El Mundo, quiere a Neymar. En la directiva culé no quieren ni oír hablar del brasileño. Consideran que se fue como una rata y aún están en litigios por sus derechos de imagen. Además, económicamente sería una operación imposible ya que el Barcelona, como adelantó Libertad Digital, tiene cerrado el fichaje de Griezmann. Si se echa atrás deberá pagar una indemnización millonaria al galo. Sin embargo, es tal la necesidad que tiene de dar un puñetazo encima de la mesa el conjunto azulgrana, que Bartomeu sería capaz de bajarse los pantalones si Messi se lo pide. La solución para encontrar la viabilidad económica al retorno de Neymar es surrealista. Meter a Griezmann en la operación con el PSG, algo que podría convencer a Nasser Al-Khelaïfi para levantar el veto a los azulgranas a la hora de negociar con ellos –las relaciones están rotas a día de hoy–, y sería la llave para devolver a Neymar al Camp Nou.
Una locura en forma de carambola que toma forma por la insistencia del vestuario culé que pide a toda costa la vuelta del brasileño. Átense los machos que el verano que nos espera será de aúpa. Esto no ha hecho más que empezar.