En Valladolid están preocupados. Tras destapar El Mundo las pruebas que manejan los investigadores de la operación Oikos y según las cuales el instructor que lleva el caso asegura que hay indicios suficientes para probar que el partido de la última jornada de la Liga recién terminada entre el Real Valladolid y el Valencia estaba amañado, la sombra de una posible sanción que termine con el conjunto albivioleta en Segunda División planea por Pucela.
Según El Mundo, la tesis de la investigación, asumida por el instructor, es la siguiente: "Al parecer, el resultado pactado fue la victoria del Valencia CF en la primera parte y la victoria final del mismo equipo, pronóstico éste que efectivamente se cumplió con la ayuda de jugadores del Valladolid". Por su parte, Carlos Aranda Reina y Raúl Bravo Sanfélix hicieron apuestas deportivas en la línea con el resultado previamente pactado. El "amaño habría sido realizado de forma concertada con Borja Fernández Fernández", capitán del Valladolid, a cambio de un pago que, según la documentación judicial, estaría pendiente de realizarse o de acreditar con pruebas.
En esta tesitura, el Código Disciplinario de la Federación considera como infracción muy grave la manipulación de partidos. Se contemplan penas de dos a cinco años de inhabilitación y la perdida de categoría por parte de los clubes que se demuestren implicados.
¿Qué dice el Código Disciplinario de la RFEF?
El Artículo 75 del Código Disciplinarios de la RFEF apunta lo siguiente:
1. Toda conducta dirigida a la predeterminación de resultados, será considerada como infracción muy grave, y será sancionada de acuerdo con lo dispuesto en el presente artículo
b) Los que intervengan en acuerdos conducentes a la obtención de un resultado irregular en un encuentro, ya sea por la anómala actuación de uno o de los dos equipos contendientes o de alguno de sus jugadores, ya utilizando como medio indirecto la indebida alineación de cualquiera de éstos, la presentación de un equipo notoriamente inferior al habitual u otro procedimiento conducente al mismo propósito, serán sancionados, como autores de una infracción muy grave, con inhabilitación por tiempo de dos a cinco años, y se deducirán seis puntos de su clasificación a los clubes implicados, declarándose nulo el partido, cuya repetición sólo procederá en el supuesto de que uno de los dos oponentes no fuese culpable y se derivase perjuicio para éste o para terceros tampoco responsables.
2. Los que participen en la comisión de las infracciones descritas en los apartados a) y b) sin tener la responsabilidad material y directa, serán sancionados con inhabilitación o privación de licencia por tiempo de dos años. Para la determinación del grado de responsabilidad de estos sujetos, el órgano disciplinario tendrá en cuenta las reglas sobre responsabilidad que establece la legislación penal.
3. El club directamente beneficiado por las conductas descritas en el apartado 1 del presente artículo, podrá ser sancionado con la pérdida de categoría, en el caso de que pueda demostrarse algún vínculo con los autores de la infracción.
4. En todo caso procederá el decomiso de las cantidades si éstas se hubieren hecho efectivas".
Si el juez encargado del caso sentencia que siete jugadores del Real Valladolid estaban implicados en el amaño del resultado del partido contra el Valencia, además de la sanción de inhabilitación de dos a cinco años de dichos jugadores, el Pucela podría ser sancionado con la perdida de 6 puntos en la clasificación. El equipo que preside Ronaldo Nazario se salvó del descenso por 4 puntos (41 frente a los 37 que obtuvo el Girona que es el equipo que cerró las posiciones de descenso). Si se le aplica dicha sanción quedaría dos puntos por debajo del conjunto catalán y descendería a Segunda.
¿En qué punto se encuentra el caso Oikos?
El caso está en fase de Instrucción. El juez Ángel de Pedro ya ha interrogado a los principales sospechosos y, de esos testimonios, debe decidir si solicita alguna prueba más o inicia un procedimiento abreviado para ir a juicio. A lo largo de todo este proceso, en algún punto, se levantará el secreto de sumario y eso hará que se conozcan los detalles de más de seis meses de escuchas telefónicas a los dos principales investigado: Aranda y Raúl Bravo, sus conexiones con los demás (Íñigo López, Borja Fernández, Agustín Lasaosa, doctor Galindo) y posibles nuevos investigados que sean llamados a declarar.