Tenían que ser cuatro goles, pero la suerte no sonrió a Kylian Mbappé en la tarde-noche del viernes. El Paris Saint-Germain se medía al Stade de Reims para cerrar el curso de Ligue 1 2018/2019. Sin necesidad imperiosa de ganar, tres puntos calmarían las aguas -últimamente tan tensas- en la capital parisina. Sin embargo cerrarán el curso con una nueva derrota ante un rival que, sobre el papel, era mucho más inferior que ellos.
Era un partido intrascendente salvo por el hecho de que Mbappé se estaba jugando la Bota de Oro, o lo que es lo mismo, ser el máximo goleador del Viejo Continente. Como ya adelantábamos el viernes en Libertad Digital, el galo se siente desplazado y a la sombra de Neymar y Cavani. Aunque la complicidad con el brasileño es máxima, no es tal con el uruguayo. Siente que le quita goles al no permitirle lanzar penaltis y alguna que otra falta. Su último gol llegó tras pase del propio Cavani, pero no fue suficiente para igualar al astro argentino del Barça.
Leo Messi cerró la campaña con 36 tantos, tres por encima de lo que lo hizo Mbappé con 33 goles. Por lo tanto, la Bota de Oro se quedará, un año más, en España.
El encuentro del PSG también sirvió para levantar alguna que otra duda en torno a, por ejemplo, Buffon, quien pudo hacer más en dos de los tres goles que encajó, y también sobre la continuidad de Tuchel, quien aseguró sentir que está sucediendo algo que se escapa de su conocimiento.