Todos los equipos se mueven al ritmo que imponen sus estrellas y que el aire te venga de cara o en contra depende de las aspas que tengas a tu disposición para mover dicho viento en la dirección adecuada. El Celta llegó al Metropolitano sin la única que le da energía, Iago, mientras que el Atlético exhibió las suyas con el papel principal del actual mejor portero del mundo, Oblak, de la brújula que marca el ataque rojiblanco, Griezmann, y por último del delantero que ha encontrado la mejor versión de sí mismo, Morata.
El 2-0 del Atlético de Madrid al Celta se cimentó en tres hombres que hicieron olvidar las importantes bajas defensivas del Cholo, que jugó y se la jugó con dos centrales del B, y además acrecentaron a cada minuto que pasaba la morriña por Iago Aspas en el bando celeste. ¿Quieres evitar un 0-1? Llamas a Oblak. ¿Quieres conseguir el 1-0? Avisas a Griezmann. ¿Necesitas el 2-0? Antoine lo prepara y Morata se suma a la fiesta. Tres aspas contra cero y victoria rojiblanca para seguir consolidando la segunda plaza de la Liga.
Del 0-1 al 1-0, Oblak y Griezmann
Atlético y Celta saltaron al terreno de juego en un partido totalmente condicionado por las bajas. Si en el Atlético la fiabilidad defensiva es más de un 60% del equipo, qué decir de lo que significa Iago Aspas para este Celta. Como mínimo el 80% si no el 90 o casi el 100 de lo que es a día de hoy el conjunto gallego. Sin el delantero celeste en la punta de ataque acompañando a Maxi Gómez y con las bajas del trío de centrales del Atlético formado por Savic, Godín y Giménez, el encuentro entre madrileños y vigueses se planteaba como un duelo tremendamente igualado y, sobre todo, impredecible en ambas parcelas del campo.
Sin centrales del primer equipo que utilizar, Simeone se decantó finalmente por premiar a la cantera. El Cholo tuvo que decidir entre un fichaje joven y sin estrenar como es Nehuén Pérez o la combinación de esos chicos que en muchas ocasiones le han ayudado esta temporada a tapar los huecos que las lesiones abrían en su once titular. Simeone siempre ha dicho que "el trabajo acaba pagando" y el argentino fue justo con la capacidad de aprendizaje que este curso han demostrado tanto Montero como el centrocampista Toni Moya. ¿Arriesgado? Mucho. ¿Merecido? Totalmente.
Sin algunas piezas importantes y con algunas nuevas, Atlético y Celta jugaron una primera parte igualada que consistió en dominio rojiblanco y picotazos celestes. Si quitas las ocasiones, los locales fueron muy superiores a su rival gracias a los movimientos de Vitolo y Correa dirigidos por la batuta de Griezmann. Sin embargo, el fútbol son oportunidades y el Celta dispuso de las más claras para lograr el 0-1 antes del ver en su portería el 1-0.
Con los centrales del Atlético aún en proceso de maduración, el Celta de Escribá tomó la decisión de ceder el control y esperar a la contra, estrategia que sólo tuvo un lunar y no fue propio sino ajeno. Jan Oblak. San Jan Oblak, mejor dicho. En 45 minutos hizo tres paradones en los que se pudo leer primero "soy", luego "el" y por último "mejor". Pocos tienen dudas de eso, pero Oblak se encargó de demostrar en el Wanda Metropolitano por qué para muchos es el mejor portero del mundo. A destacar, la doble parada que inició su exhibición y que dejó a Boudebouz con cara de dudar entre el aplauso o los llantos de resignación.
Oblak cerró por su lado la portería rojiblanca y Griezmann abrió la de Rubén Blanco. Hubo que esperar a los minutos finales de la primera parte, pero el francés, que cedió la primera falta que tuvo al borde del área, no perdonó en la segunda. El tanto es un golazo por el golpeo seco y colocado al palo del portero aunque ojo, no fue lo único bueno del 1-0. Quizá no se vio a simple vista, pero el tanto de Griezmann fue ensayado. Correa y Filipe hicieron pantalla, se quitaron en el momento justo del golpeo y Antoine la puso en el fondo de las mallas. 1-0 mitad Griezmann y mitad Simeone.
Cambio de papeles y sentencia
En la primera parte dominó el Atlético y el Celta soltó picotazos. En la segunda, cambio de papeles, pero, para desgracia de los vigueses, mismo beneficiario. El equipo de Escribá se atrevió más en la segunda parte buscando a base de posesiones largas preocupar y dar un disgusto a la pareja de centrales que formaban de forma improvisada Moya y Montero. El Cholo, que acabó muy satisfecho con el desempeño de los dos cachorros rojiblancos, entendió que si había perdido la posesión necesitaba contraataque y ahí fue donde entró Morata. Posesión para el Celta y contragolpe para el Atlético. Las armas ya estaban sobre la mesa.
Con el partido definido y las tácticas marcadas, el Metropolitano esperó su oportunidad y la misma llegó en el 74’ con un pase de arquitecto de Griezmann y un golazo de Morata con regate incluido al portero. Apunten la suma que hacen un ‘7’ y un ‘22’ porque de momento empiezan a sumar, no 29, pero sí tres, los puntos ganados. Es así como se genera una buena asociación en ataque.
Victoria del Atlético, buena imagen de jugadores como Vitolo, Morata, Griezmann, Oblak, Moya, Montero o Filipe y un Celta que en la próxima jornada sí contará con Iago Aspas. De él depende todo, visto lo visto.
Ficha técnica:
Atlético de Madrid (2): Oblak; Juanfran, Toni Moya, Montero, Filipe (Arias, m. 72); Koke, Rodrigo, Saúl, Vitolo (Morata, m. 62); Griezmann (Mollejo, m. 91) y Correa.
Celta (0): Rubén Blanco; Hugo Mallo, Cabral, Araujo, Lucas Olaza; Emre Mor (Sisto, m. 66), Okay Yokuslu (Fran Beltrán, m. 84), Lobotka; Boufal (Jensen, m. 85), Maxi Gómez y Boudebouz.
Goles: 1-0, m. 42: Griezmann, de falta directa con la zurda. 2-0, m. 75: Morata regatea a Rubén Blanco y marca, tras una asistencia de Griezmann.
Árbitro: De Burgos Bengoetxea (C. Vasco). Amonestó a los locales Juanfran (m. 56) y Griezmann (m. 68) y a los visitantes Boudebouz (m. 37) y Lucas Olaza (m. 88).
Incidencias: partido correspondiente a la trigésimo segunda jornada de LaLiga Santander, disputado en el estadio Wanda Metropolitano ante 55.269 espectadores.