Zinedine Zidane ha vuelto a dar una máster class sobre cómo triunfar en un mundo tan complicado como el del fútbol. En especial cuando te encuentras en una situación con dinero, fama y una infinidad de distracciones. Nada fue sencillo y así lo comenta el propio técnico blanco en una entrevista concedida a la plataforma online OTRO.
Zidane cuenta cómo convenció a sus padres para que le dejasen hacer lo que él más quería: jugar a fútbol. "Lo tuve claro desde el principio. Mi único deseo era jugar al fútbol, pero tuve dificultades en la escuela y mis padres nunca me regañaron. Yo sabía muy bien que mi actitud no era la idónea. Un día ellos me dijeron: 'Sabemos que tienes algo en mente, así que haz lo que quieras'. Una vez obtuve el permiso de mi padre y de mi madre, me centré en darlo todo para conseguir lo que quería. Al llegar a Cannes vi a esos profesionales entrenar y me dije: 'Quiero hacer esto'. A partir de ese momento hice todo para convertirme en el mejor".
Es un profesional, en el terreno de juego y en los banquillos y con la cabeza bien amueblada, se puede llegar muy alto: "Descansé bien, no hice el idiota en los bares, sólo bebía agua y realizaba estiramientos. Di todo para convertirme en el mejor jugador posible, tenía que hacerlo a toda costa. Así haría a mis padres felices, porque era mi vida, pero también lo hice para que se sintieran orgullosos".
"Para hacerte notar, y luego para jugar, tenías que ser bueno, no como hoy. Primero debías demostrar que eras diferente a todos [...] Hoy no, todo ha evolucionado, va mucho más rápido, y en lo que respecta a los jugadores ya no tienen miedo de cometer errores", sentencia Zidane.