El delantero brasileño Neymar, del París Saint-Germain (PSG), ha reconocido este domingo que está "feliz" en París, pero no descarta jugar en el Real Madrid en un futuro, en una entrevista transmitida este domingo en el programa Esporte Espetacular. "El Real es uno de los mayores clubes del mundo y cualquier jugador querría jugar allí. Estoy feliz en París, estoy muy bien, pero nadie sabe en un futuro. Pero no estoy diciendo que jugaré en el Real Madrid. El Barcelona era un sueño de infancia y lo realicé", aclara el 10 de la Canarinha.
La entrevista fue transmitida íntegra este domingo, después de varios adelantos realizados en las últimas semanas, en los que el atacante desveló que en 2018 no sólo sufrió una fractura en el quinto metatarsiano del pie derecho, sino que también se rompió el ligamento del tobillo.
El brasileño, que se recupera de una nueva lesión en el mismo hueso que se rompió la temporada pasada y del que fue operado, admite que esta vez fue "más complicado" que la primera.
Cuestionado sobre la importancia de ganar el Balón de Oro, dice que "no le quita el sueño" y que, si no lo gana, no será "el fin del mundo". "No va a borrar las cosas que hice en la carrera. No es algo que quita mi sueño", agrega.
Neymar también lloró al hablar de su padre y se emocionó al evocar su relación con Leo Messi y el apoyo que siempre le dio el astro argentino durante su etapa como jugador del Barcelona. "Cuento esta historia para todo el mundo, que en el momento que más necesité de un apoyo, el hombre del equipo, el mejor del mundo, llegó y me dio cariño", comentó.
Neymar se encuentra en estos momentos en Brasil después de ser autorizado por el PSG francés a proseguir en su país el proceso de recuperación de la grave lesión que sufrió a comienzos de año. No obstante, el jugador generó polémica después de ser cazado bailando durante los carnavales de la ciudad de Salvador, capital del estado de Bahía (nordeste), en donde fue visto con una nueva compañera.
En los vídeos es posible ver al futbolista arriesgándose en complicadas coreografías de baile desde el palco en que vio pasar algunos de los tríos eléctricos (gigantescos camiones equipados con altavoces y plataformas para transportar orquestas) que animaron el viernes el carnaval en Salvador, ciudad del nordeste brasileño cuyas fiestas son tan populares como las de Río de Janeiro.