El Liverpool se dejó el liderato de la Premier en Goodison Park, donde no pasó del empate sin goles ante el Everton en el derbi local que completó la vigésima novena jornada en inglaterra.
El enfrentamiento entre los dos vecinos de Liverpool le costó el dominio de la competición al conjunto de Jurgen Klopp. Fue la culminación al evidente bajón que ha invadido a los reds en sus últimos partidos.
Distante del equipo que en la primera parte de la temporada avasallaba a sus rivales, no encuentra soluciones para ocultar el mal momento de futbolistas determinantes como Mohamed Salah o Sadio Mané, especialmente.
Fue incapaz el Liverpool ante un rival intrascendente en la competición, anclado en el ecuador de la tabla, sin miras europeas y distante también de los puestos de descenso. El equipo de Klopp pagó la falta de acierto ante el conjunto de Marco Da Silva, que ha conseguido enlazar dos encuentros sin perder para tomarse un respiro y no complicar su futuro en el torneo.
Klopp tardó una hora en buscar una reacción desde el banquillo. Al mismo tiempo James Milner y Roberto Firmino, que empezó como suplente, ocuparon el lugar de Georginio Wijnaldum y Divock Origi en el minuto 63. Salah y Mané, que tuvo que dejar su sitio a Adam Lallana a cinco del cierre, en una maniobra a la desesperada, desperdiciaron cada ocasión para batir a Jordan Pickford que protagonizó una brillante actuación y frenó a los visitantes.
El cuarto empate en los seis últimos partidos aparta al Liverpool del liderato. El cuadro de Klopp cae a la segunda plaza. El Manchester City, que ganó al Bournemouth (0-1) es el nuevo líder con un punto de ventaja.