Bombazo a la Liga. Tras una excelente racha de victorias y juego y superar el Tourmalet, con las visitas a Camp Nou, Wanda Metropolitano y Johan Cruyff, el Real Madrid cayó en su estadio, poniéndose por delante, y ante el Girona, un equipo que llevaba 13 partidos sin ganar. El fútbol es impredecible pero esta derrota le ha podido costar definitivamente la Liga a los blancos.
El resultado final tuvo mucho que ver con las decisiones de Solari y Eusebio. La primera, poner a Marcelo de titular y dejar a Vinicius en el banquillo. La segunda, y la más importante, la tomó Eusebio al quitar a Porro al descanso, dar entrada a Lozano y poner a Portu en la derecha para matar a Marcelo y matar al Madrid. La tercera, quitar a Lucas Vázquez, un currante nato, cuando el Madrid ya empezaba a dar síntomas negativos. Y la cuarta, aunque esto ya no es culpa de nadie, sino del jugador, la entrada de Bale que no hizo absolutamente nada cuando Asensio sí lo estaba haciendo.
Todos coincidirán en que hubo dos partes bien diferenciadas. La primera, para el Madrid. La segunda, para el Girona. Y si fue así, fue por Portu que hizo su primer gran partido de la temporada. Si necesitas confianza, no hay mejor escenario que tener a Marcelo como defensor. En la primera mitad, sin ser exigido atrás, se dedicó sólo a atacar y fue un buen Marcelo. En la segunda, sí fue exigido y fue entonces cuando se vio la versión de toda la temporada. No es diferencial en ataque y sí en defensa.
Hasta el descanso, el Madrid fue mejor. Pero siempre con una marcha menos del que nos había acostumbrado últimamente. Y es que faltaba Vinicius, el principal acelerante. Aun así, hubo jugadas y conexiones de un equipo con confianza. Asensio y Marcelo por la izquierda. Menos Odriozola y Lucas por la derecha. Algo de Benzema al bajar a recibir pero poco del centro del campo con Kroos, Casemiro y Ceballos. El gol fue a balón parado con un centro del centrocampista alemán y un remate de cabeza del brasileño. Fue el único que no detuvo Bono, muy acertado durante todo el encuentro.
Y tras el descanso, todo cambió. La segunda mitad era de 0 a 3. El centro del campo se vino abajo y quitar a Lucas no ayudó a compensarlo. El empate, en el minuto 63, se olía. Un par de jugadas antes ya falló Alex García de forma increíble un gol cantado. Con todo a su favor, a dos metros de la línea de gol, mandó el balón al segundo anfiteatro. Stuani no falló en el penalti que supuso el 1 a 1. Pena máxima que llegaba por manos de Sergio Ramos tras un poste de Stuani en una jugada que llegaba por un centro de Portu desde la derecha. Sí, con Marcelo mirando a tres metros. Amarilla a Ramos, y pudo ser hasta roja porque evitó el gol con la mano.
El golpe fue terrible para el Madrid que no se supo levantar. Fue un gancho en el estómago y le dejó sin aire. Solari intentó cambiar la dinámica metiendo a Bale pero fue un tiro en el pie porque el galés no hizo absolutamente nada en media hora. Si el empate se veía venir, la remontada igual. Portu mandó un disparo al larguero cogiendo la espalda de Marcelo, y a los pocos minutos llegó el 1 a 2. Un balón dividido en el que Casemiro no es contundente dejó a Odriozola a mitad de camino y sin cubrir su zona. Lozano lo aprovechó para disparar y en el rechace de Courtois, Portu se adelantó a Marcelo y empujo el balón a gol.
No hubo toque de corneta porque no hubo ni intento de remontada. El juego no inspiraba a ello. Mariano, con el juego directo, tuvo una dejada para Bale pero apareció Bono. Fue la única ocasión del Real Madrid junto al cabezazo de Courtois en un córner en el último minuto. El Madrid ya estaba, además, con diez jugadores porque Ramos vio la segunda tarjeta amarilla al intentar una chilena absurda al estar rodeado de muchos jugadores.
Parece improbable que el Real Madrid pueda remontar nueve puntos al Barcelona. Sin embargo, y por buscar el lado positivo, este encuentro debe servir para qué Solari apunte y sepa con que nombres puede ir a la guerra en la Copa y Champions. Vinicius, Lucas y Reguilón son indiscutibles. Bale y Marcelo no pueden, ni de broma, aspirar a ser titulares. Ceballos y Odriozola, que no defendió bien, tampoco.