Los 'renacidos' de Atlético y Barcelona firman las tablas en el duelo por el liderato (1-1)
Costa y Dembélé marcaron tras semanas siendo analizados por falta de gol y actitud, respectivamente. Ambos tantos llegaron en la recta final.
El fútbol es sumamente caprichoso y no sólo suele tener guiños inesperados sino que es también tan cambiante que, en menos de 13 minutos, puede hacer variar dos veces el liderato de una competición, pasar de la ansiedad por no marcar goles a celebrar uno que pudo valer tres puntos de oro o convertir a un jugador sin actitud en el salvador de la noche tras salir al campo a la desesperada.
Si ponemos nombres y hechos concretos a lo que se acaba de exponer en el párrafo anterior tenemos el 1-0 del Atlético en el 77, el empate del Barcelona en el 90’ y los jugadores que los hicieron reales. Los vamos a llamar los ‘renacidos’ porque sólo así se puede calificar a un Diego Costa que no marcaba un gol en Liga desde febrero y a Dembélé que había pasado por el largo pasillo de las críticas azulgranas por su penosa actitud antes del parón de selecciones. A veces sólo ellos entiendes sus respectivos caracteres, pero entre ambos generaron las tablas finales que imperaron en el marcador del Wanda Metropolitano. El fútbol es así, dicen.
Costa y Dembélé reinaron en un partido soporífero en 77 de sus 94 minutos. Fue un encuentro cuyas expectativas recuerdan a esa película que tantas ganas tienes de ver y que mientras la estás observando en tu butaca no paras de preguntarte si en algún momento habrá valido la pena la espera. Por suerte para todos, la película del Atlético-Barcelona al menos tuvo 17 minutos buenos en su desenlace y la superproducción de esta Liga 2018/2019 sí mantiene al espectador pegado a su asiento.
Pánico a perder
Se conocen a la perfección y precisamente por eso se tienen pánico. Atlético y Barcelona se respetaron demasiado durante 77 minutos de lo que por juego e intensidad perfectamente podía haber sido una final por un título y no un encuentro de la 13º jornada liguera. Bueno, si nos ceñimos a lo ajustada que puede estar la Liga quizá lo pueda ser a la postre en la recta final del campeonato.
El análisis fue sencillo hasta la locura final. El Barcelona tuvo el balón, pero no supo llevarlo con peligro hacia la portería defendida por Oblak. El Atlético no tuvo el esférico y se mantuvo en la cueva, pero no logró salir con regularidad de ahí para generar peligro. Nadie quería fallar en zonas comprometidas y pese a ser el Barcelona el equipo que más vertical intentó mostrarse, cada vez que el cuadro de Simeone recuperaba y hacía sonar la corneta del contragolpe, el equipo de Valverde hacía lo mismo y acababa en su campo mirándose unos a otros como diciendo "tranquilos, que no nos han pillado".
Los minutos fueron transcurriendo y tampoco se vio un papel protagonista por parte de Messi y Griezmann. Los genios sólo aparecieron al final y sus compañeros en la delantera, ídem. Costa estuvo peleado con el mundo y con el gol hasta que rugió de rabia con el 1-0 mientras que Luis Suárez llegó tarde a cada balón que no caía manso en sus pies. Oblak y Ter Stegen fueron meros espectadores hasta la traca final que empezó a tener forma cuando Vitolo entró al terreno de juego por un nuevamente desaparecido Lemar. Antes, al descanso, Rafinha ocupó el lugar de Sergi Roberto por lesión del español.
Con el Barcelona sin ganas de acelerar más de la cuenta para buscar el 0-1, el Atlético fue centímetro a centímetro acortando la distancia entre su cueva y la portería de Oblak. Vitolo ayudó mucho a ello. Los rojiblancos pasaron gran parte del partido atrás, pero curiosamente fueron ellos lo que tuvieron tres ocasiones claras de gol por una del Barcelona, la del tanto de Dembélé.
La asociación Griezmann-Costa rozó el gol a la hora de partido, pero hubo que esperar a un saque de esquina en el 77’, posterior a una posible mano de Vidal en el área, para ver el centro medido del francés y el remate en escorzo y cayéndose de Diego Costa. Llevaba desde febrero sin marcar y eso que dispuso de ocasiones más fáciles que la del tanto ante el Barcelona. Es lo que tienen los gafes, que se rompen de cualquier forma y sin previo aviso. Diego remató de cabeza en el segundo palo, Ter Stegen estuvo flojo al meter la mano y el delantero de Lagarto explotó de rabia levantando el Metropolitano y parece que lesionándose otra vez. Mano atrás, cambio y a esperar que los compañeros guardasen bajo llave el resultado.
Estuvo a punto el Atlético de llevarse el gato al agua en Liga por primera vez en la era Simeone, pero Valverde puso sobre el verde a Malcom y Dembélé y sería el rebelde francés el que marcaría a pase de Messi el 1-1 definitivo. Lo dicho, día de renacidos. Reparto de puntos en Madrid, dos fénix saliendo de los escombros de sus cenizas y liderato momentáneo para el Barcelona. El Cholo sigue sin romper su maldición liguera.
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