El Real Madrid fue un equipo roto, sin alma… hasta que entró Vinicius. El brasileño jugó 20 minutos ante el Valladolid y fue de lo mejor junto a Reguilón, que creó peligro con sus centros desde la izquierda. Solari le dio al de Sao Gonçalo la confianza que previamente le había negado Julen Lopetegui, y el 28 blanco respondió. Fue el héroe por accidente, pero héroe al fin y al cabo: se echó el equipo a la espalda, encaró —que no es poco decir, tal y como está el patio hoy por hoy en la casa blanca— y celebró como suyo propio el gol que hay que apuntarle en propia meta a Kiko Olivas, al desviar a la red de Masip un disparo del brasileño que se iba muy desviado.
Con 1-0 en el luminoso, el Madrid fue a por el segundo y lo encontró con el penalti transformado a lo Panenka por Sergio Ramos, tras un claro derribo a Benzema dentro del área. Un triunfo que permite a los blancos, en el estreno de Santiago Solari en casa, recuperar la sonrisa y, de paso, acabar con una nefasta racha de cinco tropiezos en Liga, donde los madridistas sólo pudieron sumar un punto de 15 posibles. Lopetegui ya es historia en este equipo y la llegada de Solari, que venía de debutar con una goleada al Melilla en la Copa del Rey (0-4), puede suponer un soplo de aire fresco para un equipo aún a la deriva.
Y es que el Real Madrid tuvo enfrente a un gran Valladolid. Los pucelanos, que llegaban a la capital tras sumar 13 puntos en las últimas cinco jornadas, gozaron de numerosas ocasiones y se encontraron dos veces con el larguero, a disparos de Alcaraz y Toni Villa. Su buena racha no es casualidad. También con las intervenciones de Courtois, que tuvo que intervenir en no pocas ocasiones y se lució con algún que otro paradón. Solari ha apostado por el belga en su estreno liguero en detrimento de Keylor Navas, que jugó en la Copa. El debate en la portería vuelve a estar servido.
La tarde comenzó fría en el Santiago Bernabéu, que no se llenó. Y la afición blanca empezó a señalar culpables. El principal, al menos para el respetable, fue Sergio Ramos. La tomaron muchos seguidores con el camero al inicio del partido y luego, ya al final, por no dejar que Vinicius tirase el penalti que acabaría suponiendo el 2-0. Muy sintomático lo del Bernabéu, que en los últimos tiempos se ha convertido en la casa de los horrores.
El objetivo de Solari era recuperar la confianza de un equipo que llegaba en caída libre, con la moral por los suelos tras la manita encajada hace seis días en el Camp Nou. Y es que el Melilla, pese al 0-4, no era una verdadera piedra de toque. El técnico argentino, que regresaba al Bernabéu como técnico, trece años después de su último partido como futbolista blanco en este estadio, apostó por Marco Asensio y dejó en el banquillo a un Isco a quien luego daría minutos en la segunda mitad. Pero el balear no está bien. Como él, otros futbolistas importantísimos en este equipo como Modric, Kroos o Gareth Bale. Al croata, candidato al Balón de Oro, se le sigue esperando. Tres cuartos de lo mismo puede decirse del alemán, mientras que el galés no ha demostrado aún ser el líder que espera el madridismo tras la marcha de Cristiano Ronaldo.
Benzema fue quien tuvo la primera ocasión clara, en los primeros minutos, pero cruzó en exceso su remate ante el marco defendido por Masip, mientras que Bale lo intentaba de cabeza tras los centros de Reguilón desde la banda izquierda. El canterano fue el mejor de los suyos en una primera mitad horrible, soporífera para los cerca de 68.000 espectadores que presenciaron el partido en las gradas. Llegaba al equipo un nuevo entrenador, Solari, pero las sensaciones seguían siendo las mismas que con Lopetegui: juego plano, sin chispa ni confianza. El Valladolid, muy ordenado, se sentía cómodo en el Bernabéu y en los últimos minutos del primer tiempo gozó de claras ocasiones para haber estrenado el marcador, como un mano a mano de Antoñito ante Courtois, picándola ante la salida del cancerbero belga, o un remate de Unal que salió fuera. De nuevo se escuchaba música de viento en Chamartín.
Al descanso se llegó con una sonora pitada de la afición blanca a su equipo. Había que hacer algo y Solari reaccionó poniendo a Bale por la izquierda, su banda natural, pero se sigue esperando mucho más del galés, que en la primera parte se había jugado el tipo al tratar de rematar un balón en el segundo palo. Esa banda estaba bien cubierta por Reguilón, a quien se vio sumándose al ataque y sobrio en defensa. En los primeros minutos de la segunda parte, fue Casemiro quien trató de tirar del carro con un testarazo que salió fuera y un disparo desde la frontal ante el que se lució Masip.
Pese a todo, Solari quitó al brasileño en el 56’ y metió en el campo Isco. El Madrid perdía a su principal cortafuegos y el Valladolid lo aprovechó para encontrar un pasillo y volver a crear mucho peligro ante el marco local. Alcaraz sacaba de la nada un latigazo envenenado que repelía el travesaño y Courtois metía una espectacular mano abajo a un disparo ajustado de Toni Villa, quien también se topó después con la madera. El conjunto de Sergio estaba rondando el gol.
Volvió a mover el banquillo Solari, metiendo en el campo a Lucas Vázquez y Vinicius —en detrimento de un apagadísimo Marco Asensio y Bale, y fue el brasileño el encargado de animar el cotarro. El 28 blanco encaró y un disparo suyo que se iba muy desviado acabaría convirtiéndose en el primer gol de la tarde tras golpear en la espalda de Kiko Olivas. Luego llegó la sentencia de Ramos, marcando a lo Panenka un penalti que provocó Benzema. Solari empieza en casa con la fortuna que le faltó a Lopetegui. El Madrid sigue sin alma, pero empiezan a aparecer elementos para la esperanza. Y uno de ellos se llama Vinicius José Paixao de Oliveira Júnior.
Ficha técnica
Real Madrid, 2: Courtois; Odriozola, Nacho, Sergio Ramos, Reguilón; Casemiro (Isco, m.56), Kroos; Bale (Lucas Vázquez, 71), Modric, Asensio (Vinicius, m.73); y Benzema
Real Valladolid, 0: Masip; Moyano (Cop, m.85), Kiko Olivas, Calero, Nacho; Antoñito, Alcaraz, Míchel, Leo Suárez (Óscar Plano, m.76); Toni Villa (Verde, m.69) y Enes Ünal.
Goles: 1-0, m.83: Olivas, en propia meta; 2-0, m.88: Ramos, de penalti
Árbitro: Gil Manzano (Colegio extremeño). Mostró tarjeta amarilla a Asensio (m.44), del Real Madrid
Incidencias: Partido correspondiente a la undécima jornada de LaLiga Santander disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante 68.050 espectadores