La carrera de un futbolista de alto nivel es corta en el tiempo, orientada a resultados, conlleva una "exigencia máxima" y es "volátil", con "grandes alegrías y grandes disgustos": lo más parecido a un fondo de renta variable, asegura en una entrevista a EFE el exjugador de fútbol Javier Arizmendi.
La comparación no resulta extravagante en alguien que supo pasar con "naturalidad" de ser un delantero trotamundos entre 2000 y 2014 (pasó por Atlético de Madrid, Racing, Deportivo, Valencia, Zaragoza, Neuchatel o Mallorca, y debutó con la selección española en 2007 contra Inglaterra) a asesorar a deportistas y ahorradores sobre cómo gestionar sus ingresos en la firma de inversión Tressis.
"Mi vida como asesor financiero, o la vida fuera del deporte en general, es más estable, más largoplacista. Estando al día de todo para saber dar respuesta a las preguntas de los clientes, pero es una vida menos volátil. No tengo urgencia extrema por recoger frutos como sí la tienes en el deporte", continúa Arizmendi.
El exdelantero madrileño de 34 años (nació el 3 de marzo de 1984) lleva casi tres años asesorando en esta compañía de gestión de patrimonios, a la que llegó gracias a sus estudios de Administración y Dirección de Empresas, carrera que compatibilizó con su etapa deportiva y a la que añadió después varios cursos de postgrado.
"Según avanza tu carrera empiezas a pensar en el día después, es una duda que nos inquieta a casi todos. A mí siempre me gustó el mundo financiero y tenía claro que quería probar otras alternativas, salir del entorno del fútbol", explica.
Para comprender este paso, Arizmendi explica que fue fundamental conocer que, en su caso, el fútbol se cruzó por su camino cuando su intención era estudiar Ingeniería de Telecomunicaciones. "Yo jugaba en el Coslada (equipo de una localidad al este de Madrid) y alguien me dijo que fuera a hacer una prueba en el Atlético. Año y medio después debuté en Primera", recuerda Arizmendi, crítico con una sociedad que "predestina a chicos a que sean jugadores de fútbol".
Como asesor, su objetivo es hacer ver a su cliente que una buena planificación financiera es "vital", especialmente para los deportistas de alto nivel que tienen "un ciclo de ingresos atípico", con un alto nivel de ingresos a una edad muy temprana, que es difícil de mantener tras la retirada. "Creo que el futbolista es algo desconfiado por naturaleza y esa barrera se rompe si tiene a su lado a alguien que ha vivido sus propias experiencias", añade el exjugador, que asegura que cuenta con una buena cantidad de clientes en el deporte profesional.
Arizmendi no cree que la formación que reciben los jugadores en los ámbitos que van más allá del juego haya mejorado, ya que en el fútbol la "orientación a resultados" es "brutal", por lo que apuesta por que los clubes intenten "primero formar personas y luego futbolistas".
En su trabajo como asesor, intenta en primer lugar hacer con el deportista "una buena planificación" en la que su cliente pueda tomar "decisiones autónomas" y tomar algo más de riesgo en la parte de sus ahorros que quiera dedicar a aspectos más a futuro, como la educación de sus hijos o la jubilación de sus padres, aunque reconoce que los deportistas suelen tener "aversión al riesgo".
"Entre los deportistas no hay patrones definidos, como mucho la aversión al riesgo del jugador, porque todos los que hemos jugado somos conscientes de la gran suerte que hemos tenido y eso nos hace ser más cautos", reconoce.
Preguntado por los casos en los últimos años de deportistas que han introducido sus ganancias en entramados empresariales con presencia en paraísos fiscales, Arizmendi asegura que su compañía no trabaja con la fiscalidad global de sus clientes y que en su caso siempre proponen inversiones dentro de la legalidad. No obstante, sí se muestra crítico con la "inseguridad" que genera que el hasta ahora 'statu quo' del régimen 85-15 puesto en marcha en los años 80 que permite a los futbolistas cobrar un 15% de su salario como derechos de imagen, haya cambiado en las últimas inspecciones que ha realizado Hacienda a los jugadores.
"Creo que hay algo de inseguridad, el fútbol español necesita un marco claro que dé al jugador certidumbre a la hora de proyectar una remuneración con el club. Y esto se ha producido en base a inspecciones, actas, diligencias, en vez de con una regulación clara. Se ha matado una mosca a cañonazos, a mi modo de ver", opina.
Pese a que está inmerso en el mundo de la inversión, Arizmendi no pierde de vista la competición, aunque reconoce que sería casi imposible seguir a todos los equipos por los que pasó en su carrera deportiva, en una edición de LaLiga Santander que ve "más atractiva que otros años". "Yo soy partidario de que sea una Liga totalmente competitiva, que se fomente que lo sea y que no haya tantas diferencias entre unos clubes y otros a nivel económico. Creo que eso enriquece a la competición, la Premier (League, la liga inglesa) eso lo ha hecho muy bien y LaLiga lo hace cada vez mejor", argumenta.
Se reconoce "atlético", considera que el club rojiblanco está "en la mejor época de su historia" y no descarta que el argentino Diego Pablo Simeone pueda seguir la estela de entrenadores longevos, como el escocés Alex Ferguson en el Manchester United o el francés Arsene Wenger en el Arsenal. "Si en Inglaterra ha ocurrido, ¿por qué no aquí?", apunta.
También recuerda aquellos otros equipos de su trayectoria, como Zaragoza, el Deportivo de La Coruña o Mallorca, que no están en su mejor momento (actualmente en Segunda), algo que considera una oportunidad de reconstrucción. "El Zaragoza lleva varios años en Segunda, y es un club histórico por afición.Y pese a todo, ves un equipo con jugadores de la cantera, que sienten el Zaragoza y eso es una base sobre la que crecer. El fútbol es muy cortoplacista, y a veces las bajadas de categoría pueden generar un caldo de cultivo para tener una visión más sólida", finaliza Arizmendi.